Un Palau de la Música lleno hasta la bandera canta, baila, recita y se emociona por Palestina

El mismo día en el que el secretario general de la ONU, António Guterres, denunció que uno de cada 50 miembros de la de UNRWA -la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina- ha sido asesinado por Israel en Gaza, el Palau de la Música Catalana de Barcelona acogió un multitudinario evento solidario para homenajear la milenaria cultura palestina.
El espectáculo, organizado por distintas entidades y bajo el título Palestina - Cultura és resistència, unió música, danza y poesía en seis números distintos. Y lo hizo en un recinto lleno -también de banderas, camisetas reivindicativas y kufiyas- y con una recaudación que se destinó, justamente, a la UNRWA.
El Faraj Suleiman Jazz Quintet y el bailarín Fadi Waked fueron de los más ovacionadosSi por algo destacaron las más de dos horas de ceremonia fue por la emoción, algo que se hizo visible desde el primer momento cuando el poeta palestino Mahamed Bitari salió al escenario para recitar algunos de sus poemas, primero en árabe y luego en catalán, y lo hizo con las manos temblando. “Estoy muy orgulloso de mi ciudad”, dijo. Y es que teniendo en cuenta su historia personal, no es para menos.
Nació en el campo de refugiados de Yarmouk después de que su familia huyera de su hogar y vivió allí hasta los 23 años. Luchando por una vida mejor, fundó Èter Edicions y entre sus trabajos se encuentran las traducciones al árabe de textos de Federico García Lorca, Rafael Alberti, Miguel Hernández, y Miquel Martí i Pol, entre muchos otros.

La larga actuación del Faraj Suleiman Jazz Quintet fue de las más ovacionadas de la noche
Miquel Munoz / ShootingSeguramente, la actuación de mayor calidad, al menos musicalmente, fue la del Faraj Suleiman Jazz Quintet, que visitaron por primera vez Barcelona y conquistaron el Palau de la Música con unos temas en los que cada uno de sus cinco instrumentos -piano, batería, trompeta, guitarra eléctrica y contrabajo- tuvo el peso preciso. Muchos de los presentes acabaron de pie otorgando la primera gran ovación de la noche. Y también fue entonces cuando se escucharon los primeros cánticos de “stop genocidi” y “visca Palestina lliure”.
La narrativa llegó con The Gaza Monologues, unos textos escritos por gazatíes que explican su realidad por iniciativa del ASHTAR Theatre de Ramallah. El elegido fue el de Alaa Hajjaj, de 29 años, que recitó, de nuevo, Mahamed Bitari con frases tan duras como “ahora nuestro hogar se ha transformado en una tienda y nosotros en refugiados” y “nunca hubiera pensado que no sabría proteger a mi hija del frío y del hambre. Antes soñaba con una vida tranquila y ahora sueño con que nos dejen vivos”. Durante la lectura del texto, la ilustradora Nadia Hafid dibujó en directo una madre y una niña palestinas abrazadas. Y cuando acabó, no pudo evitar llorar de emoción por lo vivido.

La ilustradora Nadia Hafid dibujó una madre y una niña palestinas mientras Mahamed Bitari recitó un texto de 'The Gaza Monologues'
Miquel Muñoz / ShootingEsas mismas lágrimas se trasladaron a la platea con la actuación del bailarín palestino Fadi Waked, que con solo unas sábanas, unas hojas rojas y otra blanca, y una simple cuerda presentó su solo de danza contemporánea A Ticket to Another Migration, en el que contó una historia en la que no faltó el sufrimiento y la tragedia, y que también reivindicó los derechos humanos. Y los asistentes, de nuevo en pie y muchos secándose las lágrimas.

El bailarín y coreógrafo palestino Fadi Waked emocionó con su 'A Ticket to Another Migration'
Miquel Munoz/ShootingLa poesía regresó al escenario de la mano de la actriz Mar Casas y la música Cristina Pérez. La intérprete recitó un fragmento del poema La llibertat del poble de Fadwa Tuqan, conocida como la 'Poetisa de Palestina'. Y contó con el apoyo musical de Pérez, que tocó el clarinete durante la lectura de los versos y le dio énfasis a la palabra más importante de todo el texto: “libertad”.
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El espectáculo, de mucha calidad pese a los 5€ simbólicos que costaba la entrada, concluyó por todo lo alto con la actuación de Athrodeel, un dueto musical que fusiona música árabe y mediterránea y que para la ocasión se convirtió en una orquestra de hasta 16 músicos gracias a varios alumnos del Conservatori del Liceu, con una interpretación vocal de Aseel Massoud sublime y un Ahmad Dyab majestuoso a la guitarra.
Ya en la recta final, el poeta Mahamed Bitari volvió a escena para reivindicar que “cada baile y cada canción es un acto de memoria y dignidad”. “La cultura palestina es tan antigua como la Tierra y, a pesar de los intentos de hundirla, resiste y florece. Barcelona no olvida palestina”, subrayó. Y como broche de oro, los propios Athrodeel interpretaron una emotiva El cant dels ocells en la que sobresalió, de nuevo, la voz de Aseel Massoud y también un violonchelo como si Pau Casals estuviera en la sala.

Los protagonistas mostraron orgullosos la bandera palestina al acabar el espectáculo
Miquel Muñoz / ShootingPor última vez, todos los artistas se juntaron en el escenario y se despidieron de los asistentes, que entonaron de forma unánime un “Catalunya amb Palestina” que incluso se escuchó por los pasillos del Palau de la Música una vez acabó un espectáculo que, durante más de 120 minutos, reivindicó la milenaria cultura palestina en todas sus expresiones y rechazó la barbarie en Oriente Medio.
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