VOA al límite: Plan de Trump y Lake reduce personal en 94%, despidos en marcha

Voice of America (VOA), la histórica cadena de radiodifusión internacional financiada por el gobierno de Estados Unidos, enfrenta una reestructuración radical y sin precedentes bajo un controvertido plan impulsado por Kari Lake, asesora principal del presidente Donald Trump.
La propuesta contempla una drástica reducción de su personal, pasando de aproximadamente 1,300 empleados a tan solo 81 para toda la agencia matriz, la U.S. Agency for Global Media (USAGM). Los primeros despidos comenzaron a ejecutarse este 7 de junio, generando una ola de indignación entre periodistas y exdirectivos, y sembrando serias dudas sobre el futuro de la misión informativa global de la agencia.
El plan de reestructuración, que Kari Lake ha defendido como una medida para cumplir con una orden ejecutiva de marzo del presidente Trump orientada a reducir la agencia a sus «requisitos mínimos legales» y combatir un supuesto «sesgo ideológico y despilfarro». Dejaría a Voice of America propiamente dicha con apenas 11 empleados.
Los servicios en idiomas extranjeros considerados clave, como los destinados a Afganistán, China e Irán, operarían con tan solo dos personas cada uno. La red hermana que transmite a Cuba, Radio Televisión Martí, conservaría 33 empleados.
Esta drástica reducción se produce en un contexto donde unos 800 empleados permanentes de USAGM ya habían sido puestos en licencia pagada indefinida desde marzo, y los contratos de aproximadamente 500 colaboradores externos fueron terminados a finales de mayo. Los primeros despidos formales de la plantilla permanente comenzaron el jueves 6 de junio, confirmando los temores de un desmantelamiento acelerado.
La magnitud de estos recortes, junto con la justificación de combatir un «sesgo ideológico» y la intención de incorporar programación de One America News Network (OANN), una cadena conocida por su marcada línea editorial conservadora, sugiere que la medida va más allá de una simple austeridad fiscal.
Podría interpretarse como un intento deliberado de realinear ideológicamente a VOA, lo que comprometería su mandato histórico de proporcionar información objetiva y equilibrada a una audiencia global. La drástica reducción de personal hace prácticamente inviable mantener una cobertura informativa global exhaustiva y original, facilitando la inserción de contenido externo que podría no adherirse a los estándares periodísticos tradicionales de VOA.
La respuesta al plan de Lake ha sido abrumadoramente negativa por parte de quienes conocen la labor y la historia de VOA. Exlíderes de la agencia, como Kelu Chao, quien ocupó altos cargos en VOA y USAGM, han calificado las acciones como «casi equivalentes a matar la cadena» y han señalado que es «humanamente imposible» que la red se recupere de un golpe de tal magnitud. David Ensor, exdirector de VOA, fue igualmente tajante: «Nadie debería hacerse ilusiones de que con un personal tan pequeño se pueda hacer algo realmente efectivo».
Patsy Widakuswara, quien fuera jefa de corresponsales de VOA en la Casa Blanca y es una de las principales demandantes en un litigio contra Lake y la administración Trump, expresó con crudeza: «La idea de que se pueda hacer que un personal de este tamaño cumpla nuestro mandato de proporcionar noticias precisas, objetivas y completas a una audiencia global es absurda… sería cómica si no fuera tan trágica.
Mis colegas y yo no solo estamos perdiendo nuestros trabajos y el periodismo, estamos abandonando a los 360 millones de personas en todo el mundo que dependen de nosotros semanalmente para obtener noticias independientes y abdicando la voz e influencia de Estados Unidos en el mundo.».
Kate Neeper, Directora de Estrategia y Desempeño en USAGM, también puesta en licencia indefinida y parte del litigio, advirtió que el plan «busca poner fin a una misión de décadas de proporcionar noticias e información en entornos mediáticos represivos alrededor del mundo, particularmente aquellos blanco de propaganda por parte de los adversarios de Estados Unidos».
Las consecuencias de esta reestructuración se extienden más allá de los despidos. Bajo la dirección de Lake, USAGM ya ha cancelado contratos con tres importantes agencias de noticias internacionales, pilares para la obtención de información global. Además, se han puesto en marcha planes para vender la sede histórica de VOA en Washington D.C. y se ha cancelado un contrato de arrendamiento a largo plazo para una nueva sede.
Un movimiento particularmente controvertido ha sido el acuerdo para ofrecer programación de la cadena de derecha One America News Network (OANN) para su uso por parte de los programadores y ejecutivos de noticias restantes en VOA. Adicionalmente, se han cancelado múltiples contratos de satélite para Radio Free Europe/Radio Liberty (RFE/RL), otra entidad bajo el paraguas de USAGM, afectando servicios cruciales como Current Time, un popular canal en ruso que opera las 24 horas.
La neutralización efectiva de VOA y otras emisoras internacionales estadounidenses podría crear peligrosos vacíos informativos en regiones del mundo con acceso limitado a medios libres e independientes. Estos vacíos, como advierten los críticos, probablemente serían llenados por la propaganda de naciones adversarias a los intereses de Estados Unidos, como Rusia y China. Esto no solo erosionaría la influencia estadounidense a nivel global, sino que también socavaría la promoción de valores democráticos y el acceso a información veraz para millones de personas que dependen de estas fuentes. La pérdida de la capacidad de VOA para contrarrestar la desinformación en «entornos mediáticos represivos» es una de las preocupaciones más graves expresadas.
La legalidad de estos drásticos recortes está siendo activamente disputada en los tribunales federales. Aunque un juez federal inicialmente reprendió a Kari Lake por sus acciones, una Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia levantó una medida cautelar que le impedía llevar a cabo sus planes, permitiendo que los despidos y la reestructuración avancen mientras se considera el fondo del caso.
No obstante, Lake y la USAGM permanecen bajo una orden judicial que les exige mantener el personal y los servicios en los «mínimos estatutarios» requeridos por ley. Esto incluye la obligación de que VOA sirva «como una fuente de noticias consistentemente confiable y autorizada». Los demandantes en el caso han argumentado que la cobertura actual, drásticamente reducida, es insuficiente para cumplir con este mandato legal, citando ejemplos de transmisiones mínimas a regiones críticas.
La Verdad Yucatán