Cine mexicano de terror deja atrás a los fantasmas

La pandemia, las redes sociales y hasta la Inteligencia Artificial (IA) han desbancado en los últimos filmes nacionales a espíritus y todo tipo de personajes sobrenaturales.
Una serie de jóvenes cineastas están abordando, la mayoría de manera independiente, historias basadas en leyendas y experiencias personales, y que aquejan a la sociedad para refrescar al género de lo fantástico, el horror y la ciencia ficción.
Tan sólo en el top ten nacional de 2024, dos apuestas de género se quedaron con los escalafones cuatro y seis: “Jugaremos en el bosque” y “Turno nocturno” (más de 600 mil asistentes a salas cada una). La última apuesta permaneció varias semanas en primer lugar en la plataforma HBO Max.
El efecto es que los creativos mexicanos también han saltado a otros países. Michelle Garza Cervera, directora de “Huesera”, alzó la mano tras ser invitada por la industria estadounidense para rodar un remake de “La mano que mece la cuna”.
“Una generación está encontrando su propia voz”, dice Edna Campos, directora de Macabro, certamen de género que arrancó programación ayer en la Ciudad de México y que, tras concluir el 31 de agosto, irá al Estado de México, Puebla, Guanajuato y Oaxaca.
El festival contempla a un puñado de realizadores nacionales con títulos, en algunos casos ya con distribuidor firmado para su lanzamiento y, en otros, con otro filme en posproducción.
“Pasa que no vemos el terror tan lejano”, dice Carlos Trujano, quien presentará “#Rats”, filme apoyado por Cinema Universidad y que escudriña en lo violento y las consecuencias que pueden generar las redes sociales.
Su película se sitúa en Puebla, que tiene un alto índice de linchamientos y cuyas desapariciones de personas se han elevado este año 60% más en comparación con los primeros seis meses de 2024 (más de 370 desapariciones), de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas.
“De pronto podemos hablar de un espíritu que se aparece en una casa, pero también del terror que es más tangible, que es más cercano, como la venganza, el asesinato”, expone el realizador.
Otras propuestas son “Muertamorfosis”, de Lex Ortega, cinta animada hecha por él mismo con Inteligencia Artificial, en la que la humanidad es destruida, y “El diablo en el camino”, de Carlos Armella, ubicada durante la primera mitad del siglo XX.
“Es el drama de un hombre y su esposa tratando de enterrar a su hijo”, dice Carlos Armella director de “El diablo en el camino”.
El Universal
Calidad, no cantidadEl número de largometrajes de género que se producen en México al año es variable.
Del Anuario Estadístico de Cine Mexicano se extrae que, por lo menos, hay tres títulos que se terminaron durante 2024: “Game over”, “La sangre que nos une” y “Nadie te escuchará gritar”.
Y en el festival Feratum se proyectaron “Poseída” y la ya estrenada “Un cuento de pescadores”.
El formato independiente es la tendencia de estas producciones. Tal es el caso de Mauricio Chernovetzky, quien se “inspiró” en las consecuencias del Covid-19.
“En un mundo de algoritmos, es pensar en cómo hacer algo distinto. Durante la pandemia pocos se fueron a Chihuahua a vivir por seis meses aislado como yo”, dice el realizador de “The dark”, cinta donde un hombre huye a una misteriosa montaña y se encuentra con un veterano de guerra.
Alejandro G. Alegre logró juntar medio millón de pesos, tanto en efectivo como en especie, para rodar “Eran brujas”, sobre una locutora que se encuentra con un hotel extraño y unos chavos en él.
¿El crew? Apenas nueve personas, contando elenco, con sólo dos semanas para el rodaje.
“Estamos sacando historias fuera de los clichés y eso está dando, por consecuencia, encontrar una voz. Aquí, el encuentro, aparentemente inocente entre los personajes, no lo es tanto”, apunta el director, cuyo distribuidor está en conversaciones para sacar el filme en Reino Unido, Estados Unidos y Rusia.
CT
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