El Louvre cerró sus puertas: los trabajadores están el huelga para denunciar el sobreturismo

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El Louvre cerró sus puertas: los trabajadores están el huelga para denunciar el sobreturismo

El Louvre cerró sus puertas: los trabajadores están el huelga para denunciar el sobreturismo

La huelga llegó el lunes inesperadamente, sorpresivamente, cuando miles de norteamericanos, chinos, japoneses y latinoamericanos esperaban en la puerta de la pirámide del Louvre, con su entrada en la mano, poder entrar al museo más visitado del mundo. El Louvre, símbolo global del arte, la belleza y sustentabilidad, que reúne al menos ocho museos, cerró el lunes y dejó a todos en banda.

La decisión no fue por “el alerta de atentado” extremo, que azota a París a causa de la guerra en Medio Oriente y sus secuelas, sino porque los empleados del museo creen que el sobreturismo lo está desmoronando y quisieron frenar este fenómeno.

La Mona Lisa, Delacroix, los renacentistas italianos, la Venus del Milo, las esculturas francesas, las tumbas egipcias, la cama de Napoleón, pudieron descansar el lunes de la curiosidad general, las selfies y de las multitudes. El Louvre cerró, en huelga de sus empleados, para preservarlos y recuperarles su esplendor.

Huelga espontánea de preservación

La huelga espontánea estalló la mañana del lunes, durante una reunión interna rutinaria. Fue cuando los guardias del museo, los vendedores de entradas y el personal de seguridad se negaron a presentarse a trabajar para protestar por las multitudes incontrolables, la escasez crónica de personal y lo que un sindicato calificó de condiciones laborales "insostenibles". Un personal “agotado”, que denuncia que la institución se está desmoronando desde dentro.

Los turistas esperan en fila fuera del museo del Louvre, que no abrió a tiempo el lunes 16 de junio de 2025 en París. (Foto AP/Christophe Ena)Los turistas esperan en fila fuera del museo del Louvre, que no abrió a tiempo el lunes 16 de junio de 2025 en París. (Foto AP/Christophe Ena)

Más que una huelga sindical, fue una desesperada llamada de alerta, que se sumó a las manifestaciones contra el sobreturismo en Barcelona, en Lisboa, en Ibiza, en Lanzarote de este fin de semana.

El Louvre se ha convertido en el símbolo del turismo global. Un palacio dorado, frente al río Sena, desbordado por su propia popularidad. Mientras lugares emblemáticos, desde Venecia hasta la Acrópolis, luchan por limitar las aglomeraciones, el museo más emblemático del mundo se está cobrando su propia factura. Está sufriendo en su mantenimiento, frente a esas hordas de turistas que ni siquiera saben lo que están viendo, sumergidos en sus audioguías y sacándose selfies para desesperación de los guardias.

Un museo que jamás cierra

Es muy raro que el Louvre cierre sus puertas al público. Ha ocurrido durante la guerra mundial, durante la pandemia y durante una breve huelga de personal en 2019. Pero nunca pasó de esta manera: con turistas haciendo fila en la plaza, con entradas en mano, preguntándose por qué el museo más famoso del mundo simplemente había dejado de operar. Cerró las puertas por agotamiento. Para preservar a sus obras de arte.

Los turistas esperan en fila fuera del museo del Louvre, que no abrió a tiempo el lunes 16 de junio de 2025 en París. (Foto AP/Christophe Ena)Los turistas esperan en fila fuera del museo del Louvre, que no abrió a tiempo el lunes 16 de junio de 2025 en París. (Foto AP/Christophe Ena)

Esta interrupción se produce apenas unos meses después de que el presidente Emmanuel Macron presentara un ambicioso plan decenal destinado a salvar al Louvre, precisamente de los problemas que lo aquejan hoy: fugas de agua, peligrosas fluctuaciones de temperatura, infraestructura obsoleta y una afluencia de público, que supera con creces la capacidad del museo.

Pero para los trabajadores sobre el terreno, ese futuro prometido parece lejano. "No podemos esperar seis años para recibir ayuda", declaró Sarah Sefian, del sindicato CGT-Cultura. "Nuestros equipos están bajo presión ahora mismo. No se trata solo del arte, sino también de quienes lo protegen".

La Mona Lisa, el corazón en crisis

En el corazón de la crisis, la Mona Lisa y su sonrisa beatífica y misteriosa. Un retrato del siglo XVI que atrae multitudes, más parecido a un encuentro con celebridades que a una experiencia artística. Una selfie para la posteridad con una señora renacentista, distante, enigmática, resguardada en una caja de vidrio para preservarla de su propia popularidad.

Los turistas esperan en fila fuera del museo del Louvre, que no abrió a tiempo el lunes 16 de junio de 2025 en París. (Foto AP/Christophe Ena)Los turistas esperan en fila fuera del museo del Louvre, que no abrió a tiempo el lunes 16 de junio de 2025 en París. (Foto AP/Christophe Ena)

Cada día, unas 20.000 personas se congregan en la Salle des États, la sala más grande del museo, solo para hacerse un selfie con la misteriosa mujer y su sonrisa pintada por Leonardo da Vinci. Parece una manifestación de teléfonos celulares. Nadie la alcanza a ver plenamente. Ignoran lo que la rodea, los colores espectaculares de la obra de Tiziano, Veronés y todos los italianos del siglo XV y XVI. Ni les interesa. Es como ver un trofeo: tener una foto con la máxima obra de Leonardo da Vinci.

"No podemos ver la pintura", se lamentó Ji-Hyun Park, de 28 años, quien llegó a París desde Seúl. "Vemos teléfonos. Vemos codos. Sentimos el calor. Y luego nos empujan".

Un proyecto de renovación

El proyecto de renovación de Macron, denominado el "Nuevo Renacimiento del Louvre", promete remediar esto. La Mona Lisa finalmente tendrá su propia sala, accesible mediante una entrada con horario limitado. También se planea una nueva entrada cerca del Sena para 2031, para aliviar la presión sobre la abarrotada pirámide.

Macron prometió en enero "condiciones de exposición, presentación y explicación a la altura de lo que la Mona Lisa merece".

Pero, para los empleados, esas son promesas. La urgencia es ahora, cuando llegan, en pleno verano europeo, muchos de los 60 millones de turistas que recibe Francia y pasan por el Louvre.

El Louvre recibió 8,7 millones de visitantes el año pasado, más del doble de la cantidad que sus instalaciones están diseñadas para albergar. Incluso con un límite diario de 30.000 visitantes, el personal afirma que la experiencia se ha convertido en una prueba de resistencia diaria, con muy pocas zonas de descanso, baños limitados y el calor del verano amplificado por el efecto invernadero de la pirámide.

Los turistas esperan en fila fuera del museo del Louvre, que no abrió a tiempo el lunes 16 de junio de 2025 en París. (Foto AP/Christophe Ena)Los turistas esperan en fila fuera del museo del Louvre, que no abrió a tiempo el lunes 16 de junio de 2025 en París. (Foto AP/Christophe Ena)

En un memorando filtrado, la presidenta del Louvre, Laurence des Cars, advirtió que algunas partes del edificio "ya no son herméticas", que las fluctuaciones de temperatura están poniendo en peligro obras de arte invaluables. Incluso las necesidades básicas de los visitantes (comida, baños, señalización) están muy por debajo de los estándares internacionales. Simplemente describió la experiencia como "una prueba física".

Cómo resolver la crisis

"Lo que comenzó como una sesión informativa mensual programada se ha convertido en una protesta masiva de exasperación", declaró Madame Sefian. Las conversaciones entre el personal y la dirección comenzaron a las 10:30 h de la mañana y continuaron hasta la tarde. A primera hora de la tarde, el museo permanecía cerrado.

Se espera que el plan integral de renovación, con un coste estimado de entre 700 y 800 millones de euros, se financie con los ingresos por venta de entradas, donaciones privadas, fondos públicos y las tasas de licencia de la sucursal del Louvre en Abu Dabi.

Pero los trabajadores afirman que sus necesidades son más urgentes que cualquier plan a 10 años.

A diferencia de otros lugares importantes de París, como la catedral de Notre Dame o el museo Centro Pompidou, ambos en proceso de restauración financiados por el gobierno, el Louvre permanece en un limbo: ni cuenta con la financiación completa ni funciona a pleno rendimiento ni hay un plan de donaciones o mecenazgos permanentes, como en otros museos del mundo.

El presidente Macron, quien pronunció su discurso de victoria electoral de 2017 en el Louvre y lo exhibió durante los Juegos Olímpicos de París de 2024, ha prometido un museo más seguro y moderno para finales de la década.

El problema es que el Louvre no puede esperar. Los millones de turistas que lo visitan son los que pueden financiar su modernización porque, como la catedral de Notre Dame, es un tesoro de la humanidad.

Clarin

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