Gira el mundo con las estaciones en la inauguración del Grec

La nueva directora del Grec Festival de Barcelona, Leticia Martín, prometió una inauguración popular y para todos los públicos, y así fue con Le Petit Cirque, con la danza y el circo de Yoann y Marie Bourgeois, al ritmo de las canciones de Saisons, el álbum de la cantautora Pomme. Con sello francés y en coproducción del Grec con el festival de Lyon Les Nuits de Fourvière, el anfiteatro de Montjuïc ha estrenado este jueves este espectáculo para todos los públicos.

El escenario de la antigua cantera presentaba la síntesis de una carpa de circo: las cortinas por donde entran y salen los artistas, el palco superior donde el cuarteto de cuerda interpretó los movimientos de las estaciones, los alambres que sostenían elementos volantes como una especie de trapecios, y la pista circular.

Un móvil con pesos humanos ofrece uno de los momentos plásticos más atractivos del espectáculo

La pista de este pequeño circo ha sido un personaje más de un espectáculo poético lleno de imágenes sugerentes. Algo elevada del suelo y hecha visualmente de madera, la pista sigue una partitura tan pautada como la que interpretan las cuatro músicas del cuarteto de cuerda: ahora parada, ahora en movimiento lento, ahora en movimiento acelerado, ahora in crescendo, ahora in decrescendo, su mecanismo es fundamental para este viaje sencillo pero emotivo por las cuatro estaciones del año.

Este personaje mecánico hace evolucionar a las bailarinas Marie Bourgeois, Kim Amankwaa, Yurié Tsugawa y Kiley Dolaway, mientras Pomme canta las canciones moviéndose por todas partes, incluso por las escaleras de la gradería, acompañada del cuarteto formado por Camille Garin, Eva Sinclair, Maïa Collette y Pauline Denize, quien también es la responsable del arreglo musical.

El espectáculo empieza en primavera, porque en muchas civilizaciones es donde arranca el ciclo del año, como recordaba la cantautora en la presentación del lunes a los medios. La primera sorpresa aparece cuando una de las bailarinas baja suspendida lateralmente desde la cúspide de la carpa imaginaria y empieza a danzar con otra bailarina que se mueve teniendo los pies en el suelo. La combinación del baile terrenal y del baile aéreo forma una primera estampa, que pronostica todo lo que vendrá.

El movimiento lento o rápido de la pista hace que las danzarinas caminen o corran sin avanzar, a veces jugando con unas imágenes proyectadas en la entrada de artistas, demasiado pequeña para que el efecto se disfrute del mismo modo desde todos los ángulos del anfiteatro.

Con la sucesión de los cuatro movimientos de las estaciones, aparecen nuevos efectos visuales, como el del centrifugador. La aceleración de la rotación de la pista hace que las bailarinas se vean obligadas a inclinarse hacia el centro para no salir disparadas por la fuerza centrífuga, y eso produce un efecto estético precioso, en la sucesión de imágenes en movimiento que es este Le Petit Cirque.

Pero aún hay más. Desde el punto de vista estético, el momento culminante aparece cuando las bailarinas y equilibristas construyen un móvil con sus cuerpos. No es ningún teléfono ni tampoco es el móvil de un crimen, es la escultura que hace un juego de equilibrios de la que Alexander Calder fue un gran maestro y que la compañía que dirigen Yoann y Marie Bourgeois eleva a la categoría de número de danza acrobática.

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Como en las noches de los grandes estrenos, la inauguración del Grec ha contado con la presencia del presidente de la Generalitat, Salvador Illa; el presidente del Parlament, Josep Rull; el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni; la consellera de Cultura, Sònia Hernández Almodóvar, y el concejal de Cultura del Ayuntamiento barcelonés, Xavier Marcé, acompañando a la directora del Grec, Leticia Martín, más una nutrida representación de la vida cultural del país. Ahora sí, queda inaugurado el verano barcelonés.