Sergi Gray con Dorian López

En el año 1988 conocí a Sergi López Ayats. Me lo recomendaron los organizadores de la presentación en Vilanova i la Geltrú de mi primer libro de relatos, Línia , publicado por Columna un año antes. Nos dijeron que un joven actor podría representar alguno de los cuentos del libro para enriquecer el acto, y el editor, Miquel Alzueta, accedió. Sergi, que entonces tenía 23 años y estaba muy delgado, eligió un cuento de título woodyalleniano (“Zelig”), en el que el protagonista cambia cada año de identidad, lo transformó en monólogo y lo representó de modo magistral mientras realizaba un cambio de armario.
Sergi López en 'Non Solum'
TEATRE POLIORAMAEmpecé a seguir su carrera con interés. Primero en el teatro, que acababa de iniciar con una hilarante parodia shakespeariana que hoy triunfaría en los exámenes de Selectividad: BRAMS o la Kumèdia dels Herrors , haciendo pareja con Toni Albà. Y muy pronto también en el cine, que comenzó a principios de los noventa con las películas del director francés Manuel Poirier, la quinta de las cuales, Western (1997), lo consagró en Francia, hasta el punto que en 2001 fue el primer no francés en recibir el César al mejor actor, por Harry, un amigo que os quiere .
Cuando, en 2005, estrenó Non solum (latinajo de Non nobis solum, no solo para nosotros), me caí de espaldas en la butaca. Aquel monólogo dialogado era brutal. Un hombre entra en el piso de su amante y se encuentra a un fontanero desnudo. Poco después, entra un tercero, funcionario del catastro, y los tres descubren que son idénticos, mon semblable, mon frère . De repente, el timbre empieza a sonar y el escenario es invadido por una multitud de equivalentes de Sergilópez que deambulan y mutan con un simple gesto, a veces mínimo. Por el escenario diáfano transitan decenas y decenas de personajes que se desdoblan, se triplican y se multiplican en una exploración de la alteridad inolvidable.
El monólogo dialogado ‘Non solum’, de López, es una exploración de la alteridad inolvidableEl momento más especial de Non solum es cuando López interpreta L’home estàtic de Pau Riba, un oxímoron colosal en medio de tal despliegue de energía cinética. El 14 de junio de 2009, la generosidad de ambos artistas puso un colofón memorable al concierto solidario Mou-te pels quiets , que se celebró en el Auditorio de Barcelona para dar visibilidad a los niños con parálisis cerebral como mi hijo Llullu. Sergi López leyó un fragmento del libro Quiet que desemboca en la canción L’home estàtic , se puso a cantarla y apareció Pau Riba en el escenario para unirse a él, en un dúo a cappella memorable.
Lee tambiénCada cierto tiempo, López recupera Non solum , probablemente porque representa su esencia artística. El intérprete va envejeciendo, pero su obra no, en una antítesis teatral del famoso retrato de Dorian Gray que noveló Oscar Wilde. Estos días celebra los 20 años de la obra en el Poliorama. No se lo pierdan.
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