William Levy: "Dicen mil mentiras sobre mí, pero sería un error hacer caso a unos pendejos que me echan mierda para destrozar mi vida"

La nueva película de William Levy (Cojímar, 1980) tiene un título acorde al último año que ha vivido el cubano: 'Bajo un volcán'. Un divorcio polémico y una noche de copas que acabó en la cárcel colocaron al actor convertido en sex symbol universal en una situación desagradable para la que encontró un refugio inesperado: el Teide. "Rodamos allí y fue especial. Fue la primera vez en mi vida que vi la Vía Láctea. La primera noche, cuando oscureció y miré al cielo no me lo creía. Es increíble, brother, me sentí un niño. Quiero volver ya", recuerda en su lujoso hotel madrileño.

Pese a todo el éxito que has tenido en la tele, en el cine has trabajado con cuentagotas. ¿Le cuesta a la industria verte fuera de la telenovela?

Estoy haciendo cine desde 2007, pero es verdad que, sobre todo al principio, es un poquito difícil. No es una cosa de los fans, sino de la industria, que a veces te rechaza porque creen que tú eres sólo para series. A mí me encanta hacer cine, pero en todo caso la televisión tiene más fuerza y va a seguir creciendo, así que tampoco me preocupa. Gracias a Dios, me ha ido muy bien y creo que ese rechazo va desapareciendo. Empecé muy joven en la televisión, con 20 años, pero estudié cine en Los Ángeles antes de empezar como actor. Amo el cine.

¿Algún día te ofrecerán un papel que no sea de galán?

Bueno, basta con dejar que pase el tiempo, porque esto de ser guapo no te dura siempre [risas]. Que te vean como un galán está bien, pero a la vez está poniendo un límite a tu carrera porque los años pasan y no puedes estar toda la vida saliendo sin camiseta y llevándote a la chica. Allá cada uno con cómo me mire por mi cuerpo, pero lo importante es que yo no me fíe de eso y siga haciendo lo que tengo que hacer: prepararme y estar todo el tiempo en búsqueda de algo nuevo y de crecer como artista, como actor y como profesional.

¿A dónde quieres llegar con ese crecimiento?

Mi objetivo principal es disfrutar de esto porque lo amo, la verdad. No busco la fama, el dinero o los premios, aunque a todos nos agraden. El día que me deje de gustar actuar, lo dejaré porque seré infeliz. Por ahora me encanta, pero me he ido involucrando más en la producción, en escribir proyectos y, con el tiempo, empezaré a dirigir también. Uno no quiere estancarse en un círculo donde todo sigue igual eternamente. Me gustaría probar cosas nuevas.

'Café con aroma de mujer' desató en 2021 un fenómeno fan tremendo. Pensé que se habría relajado, pero hay gente fuera del hotel esperándote.

Para mí es una bendición. Dios me ha regalado momentos muy bellos con la gente, los sigo disfrutando y lo agradezco mucho. Es importante saber que uno tiene que agradecer todo lo que le dan en la vida y yo sigo agradeciendo al público esa forma de demostrar cariño y estar a mí lado. Lo disfruto al máximo y no me agobia para nada. Al contrario, me da mucha alegría poder compartir con ellos que mi carrera vaya bien en parte por su apoyo.

Esa fama supuso también una gran atención sobre tu divorcio, el año pasado, tras más de 20 años de relación. ¿Eso también lo has llevado bien?

No le hago mucho caso. Sé que han dicho muchas cosas que no son ciertas sobre mí y sobre lo que pasó. Han inventado mil historias y me han difamado. Eso pasa cuando te va bien y otro grupo de personas no quiere que te vaya bien y trata de perjudicarte con mentiras y calumnias. Ante una situación así, tienes que seguir adelante y no puedes dejar que eso te afecte. A mí ni me afecta ni me quita el sueño, simplemente sigo adelante porque creo que todo se tapa y todo se calla con tu trabajo.

Lo que se dijo es que la causa fue una infidelidad y que tus dos hijos no te hablaban.

Sí, meter a los hijos en estas historias es una línea que no se puede cruzar. Además es mentira, mi relación con mis hijos es maravillosa. Todo en la vida no puede ser dinero y para mí tiene mucho más valor pasar el tiempo con ellos, porque pasa volando. Ahora trabajo seis meses al año y los otros seis meses no hago nada para poder pasarlos con ellos. Mi hijo tiene 19 años y mi hija 15, tengo que aprovechar ahora que aún quieren pasar tiempo conmigo, ya podré trabajar más luego, si es lo que quiero. En este momento, mi felicidad es estar con ellos seis meses al año y no estoy el año entero sin trabajar porque no puedo, si no... Hay que estar presente para ellos; si no, ¿para qué tienes hijos?

Y cuándo ves publicadas esas cosas, ¿cómo reaccionas?

Se han dicho tantas mentiras que no sé... Al árbol que le tiran piedras es porque tiene frutas. Me va bien y me atacan, pero mis hijos saben cómo soy. Mi relación con mis hijos es muy muy linda. Sé que por ahí dicen muchas cosas de mí, pero trato de no escucharlo porque yo vivo lo que tengo y sé que mis hijos saben cómo soy como padre. No estoy todo el tiempo tratando de demostrarles que soy bueno porque no es necesario: soy un buen padre. La gente puede decir lo que le dé la gana porque si le diera importancia a unos pendejos que me echan mierda tratando de destrozar mi vida porque no tienen nada mejor que hacer, me equivocaría. La gente que critica es la que no hace y yo prefiero estar en el lado de los que sí hacemos cosas que importan.

Pasaste una noche en la cárcel en Florida por alteración del orden público y embriaguez. ¿Eso también fue mentira?

Exageración. Fue un incidente donde estaba con un amigo tomando un trago, como todo el mundo, y a mi acompañante la cuenta le pareció un poco alta. Fue mala suerte, porque no me di cuenta de que la habían traído, si no la habría pagado yo sin mirar, pero él la vio y reclamó que nos cobraban cosas que no eran. Empezó a discutir con un señor del local, me metí en medio, intenté evitar que la situación escalara y terminé siendo al que se llevó preso la policía, pero no pasó nada grave.

Hombre, algo es.

Una experiencia nueva y diferente. Igual me sirve para preparar algún papel futuro de delincuente, porque ya lo viví [risas]. Ahora en serio, es una situación un poquito difícil y no se lo recomiendo a nadie. Salí de allí deseando darme una ducha y quitarme la peste a cárcel.

No está la situación en Estados Unidos para ser latino y tener problemas con la justicia.

No, la verdad, y me duele especialmente porque yo he vivido lo que es ser inmigrante. Salimos de Cuba con 15 años y Estados Unidos nos dio una vida mejor. Siempre es complicado ser inmigrante, pero lo de ahora... Se me hace muy difícil lo que está pasando en estos momentos, ver cómo están deportando a niños, a trabajadoras y trabajadores que van a prepararse, esforzarse y estudiar para aportar algo a Estados Unidos. Esa gente debe ser cuidada y protegida, no maltratada. Si el gobierno de Trump tiene tiempo de buscar a la gente que se merezca que la echen, perfecto, háganlo, pero no es lo que está pasando. Es muy fácil ir a buscar gente que está trabajando y tratando de sacar a sus hijos adelante, esos son fáciles de encontrar. No, hombre, haz tu trabajo bien hecho y no seas tan cabrón de ir a detener y expulsar a una persona que no ha cometido delito alguno. Ve a por la gente que está robando o que está asesinando, pero eso no es tan fácil. Es horroroso lo que estamos viendo.