Arturo Millet Molina: La huella de Paz con los Leones

Después de que los Leones califican a los playoffs en 1982, primera vez que lo logran en su historia, arranca una era importante para el equipo yucateco en la Liga Mexicana, con el cubano Carlos Paz como parte esencial.
En 1983, los Leones terminan en cuarto lugar de la Zona Sur, con récord ganador de 60-55, a 16 juegos de los líderes Diablos Rojos, mismo que les permite jugar en el raund robin, en que terminan con récord de 6-12, eliminados de la contienda.
En 1984 llega el ansiado campeonato, que se logra con un cierre de temporada soñado: pasan sobre los Diablos Rojos en solamente cuatro juegos, y eliminan luego a los Tigres 4-3, lo que los encamina a la Serie Final ante Ciudad Juárez, de la que salen victoriosos 4-2, proclamándose monarcas bajo la batuta de un cubano adoptado como yucateco, Carlos Paz, que deja una huella imborrable en este béisbol.
No pueden refrendar la corona en 1985, no obstante de un récord ganador de 74-49-3. Clasifican, pero en el primer playoff fueron eliminados por los Tigres Capitalinos. Carlos Paz, el de Regla, Cuba, volvió al timón, con peloteros como Ray Torres, Fernando Villaescusa, Sergio Isambert, Blas Santana y Tomás Delgado apuntalando la ofensiva, y en el pitcheo, destacando los brazos de Ernesto Escárrega, Juan Rincón y Cecilio Ruiz.
Paz, ya todo un yucateco, dirigió un extraño 1986, que ve a los Leones en quinto lugar del Sur, quedando fuera de los playoffs. Utilizamos la palabra extraño porque la alineación tenía nombres como Juan Reyes, Rudy Hernández, Villaescusa, Ray Torres, Arturo Defreites, JJ Pacho, y pitchers como Cecilio, Ken Angulo e Ildefonso Velázquez. Así es el béisbol. Buen equipo, sin los resultados esperados. Carlos Paz González hizo mucho por estos Leones de Yucatán. Mérida, mayo de 2025
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