La Liga de Lamine Yamal

Han llegado nuevos jugadores al campeonato, aunque ninguno con el sonsonete mediático que acompañó el desembarco hace un año en el Real Madrid de Kylian Mbappé, a la postre pichichi sin corona. Ha cambiado de timonel el equipo blanco, con el aterrizaje de Xabi Alonso. Ha vuelto a tirar de chequera el Atlético, que siempre mueve su propio árbol al abrigo del eterno Diego Simeone. Pero esta Liga que arranca tiene un nombre propio por encima de los demás, el de Lamine Yamal. Porque es la estrella sin discusión del conjunto que defiende el título, el Barça, porque estrena dorsal, el 10, con la mística que eso acarrea y porque a sus 18 años recién cumplidos ya ha demostrado que está tocado con la varita de los elegidos. Con Lamine Yamal se tiene permanentemente la sensación, basada en hechos reales, que lo que se abre ante los ojos de los aficionados es un repertorio que encandila por lo que ya ha mostrado y, sobre todo, por lo que se intuye que puede ser, ese futbolista franquicia que debe dominar el panorama al menos una década.
Palabras mayores que se desparraman a su paso y bajo el peso de su fútbol. Hasta hace poco los elogios se mezclaban con la prudencia, debido a su juventud, pero ha derribado tantas puertas y lo ha hecho tan pronto que esa etapa queda atrás.
Es el mejor del mejor equipo de la Liga de la pasada campaña, luce el 10, cobra como lo que es, una figura, y la parroquia barcelonista se frota las manos cuando le ve encarar al lateral desde el flanco derecho.
El Madrid ha tirado de chequera para intentar cerrar sus boquetes en defensaPor detrás está la batuta de Hansi Flick, que le aprieta con su habitual política de paño suave cuando hace falta y exigencia máxima todo el tiempo. En un club, el barcelonista, que es el gran animador del fútbol español y mundial, por la cantidad de giros de guion que protagoniza (inscripciones, Camp Nou, giras, capitanías de quita y pon...) el entrenador alemán representa la estabilidad, las ideas claras y la seriedad.
Si todo lo que ocurre no ha logrado desquiciarle es difícil ya que pierda el temple. Con Flick el equipo vive en un oasis tan llamativo como estridentes son los vaivenes de un club siempre al borde del más difícil todavía.
Pese a ello el Barça parte con la vitola de favorito, por fútbol colectivo y por la juventud de buena parte de su espina dorsal, hambrienta por continuar en la senda de los éxitos abierta en el ejercicio anterior. A ese plantel se ha sumado el portero Joan Garcia como principal cara nueva. La otra es el cedido Marcus Rashford.
Con sus habituales líos con las inscripciones el Barça presenta a un nuevo dueño en su porteríaPara combatir la coralidad barcelonista y también el efecto Lamine el Madrid ha reforzado su defensa con Huijsen, Carreras y Alexander-Arnold y se ha hecho con el púber argentino Mastantuono. Pero uno de los grandes desafíos de Xabi Alonso será el de mejorar la mezcla y el compromiso defensivo de Vinícius y Mbappé. No se casa el tolosarra con un solo sistema de juego y en eso entronca con un Madrid que siempre es ecléctico históricamente en cuanto al estilo. Lo único importante en el Bernabéu sigue siendo ganar. De una manera o de otra. Para hacerlo deberán destronar a un Barça marca de la casa.
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