La deflación avanza en más sectores: las empresas bajan precios para sostener ventas

El mercado minorista empieza a reacomodarse. Ante una inflación que sigue en retroceso y un consumo que no despega, cada vez más empresas optan por aplicar rebajas directas en sus precios para sostener ventas. La estrategia gana fuerza frente a un contexto en el que las cuotas pierden peso y la competencia se multiplica con la llegada de productos importados.
La señal más clara fue el anuncio de Aluar, que decidió reducir el valor del aluminio destinado al mercado interno. La medida llega luego del aumento de aranceles que impuso Estados Unidos a ese insumo y que obligó a la empresa a redirigir parte de su stock hacia el país. Con más oferta disponible y una demanda todavía tibia, la compañía optó por recortar márgenes para aumentar la rotación.
En paralelo, otros sectores como calzado, indumentaria, bazar y decoración empiezan a replicar la fórmula. La necesidad de ajustar precios se vuelve urgente frente a productos similares que llegan del exterior con valores sensiblemente menores.
El cambio de escenario también se refleja en el comportamiento de los consumidores. La baja inflación hace que las diferencias de precio entre marcas sean más evidentes, lo que obliga a los fabricantes a afinar su estrategia para no perder terreno. Las cuotas, que durante años sirvieron como ancla de ventas, hoy pierden efecto frente a un público que compara precios de manera más directa.

Además, el ingreso de mercadería desde mercados como China comienza a notarse con mayor fuerza. La última edición de la feria de Guangzhou registró una participación récord de empresarios argentinos, lo que anticipa una segunda mitad del año con más oferta importada en las góndolas locales.
En ese contexto, marcas nacionales ya dejaron atrás la lógica de acumular stock y empiezan a priorizar la rotación rápida, incluso a costa de resignar parte de la rentabilidad. “Hoy el foco está en vender más, no en aguantar”, reconoció un empresario del rubro textil.
La eliminación progresiva de impuestos como el PAIS también empezó a tener impacto. En el sector automotor, por ejemplo, ya se observan aumentos en la demanda tras la baja aplicada a los autos importados. Abril cerró con más de 54.000 unidades vendidas, el mejor desempeño para ese mes en los últimos siete años.

En tecnología, se espera una reacción similar. Desde la semana próxima comenzará a regir la reducción gradual de aranceles para celulares importados, lo que podría mejorar los precios y forzar una nueva ola de descuentos en tiendas físicas y online.
El Hot Sale que cerró esta semana ofreció otra pista: casi el 90% de los productos se comercializó con algún tipo de rebaja, y más del 50% de las compras fueron financiadas. El modelo de ventas cambia. La lógica del “precio bajo y directo” vuelve a ocupar el centro de la escena.
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