La subida del SMI provocó un aumento del consumo de electrónica y ocio

Los efectos de las subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en el empleo han sido examinadas muchas veces, y con las polémicas consiguientes, pero en cambio, hasta ahora no se habían analizado los impactos sobre otras magnitudes, como sería, por ejemplo, el consumo. Es lo que hace ahora un estudio del instituto alemán IZA que llega a la conclusión de que la subida del SMI del 2019, cuando pasó de 735 a 900 euros al mes, impulsó el consumo de los hogares.
En concreto, un 4,5% más de consumo durante aquel año 2019, y, aún más significativo, un incremento del consumo que se centra en el gasto discrecional, aquel que se aborda una vez están cubiertas las necesidades básicas. Destaca el incremento de las compras de electrónica, que crecieron un 20,2%, seguidas por el gasto en ocio, con un 11,7%, y el consumo en restaurantes y hoteles, con un 8,7%.
En sentido contrario, la única categoría que disminuye de manera significativa es comida y ropa, con una caída del 6,7%. Para los autores del informe, esta reducción se puede interpretar como “un potencial efecto de sustitución, en que los hogares estarían cambiando de las comidas preparadas en casa a comidas fuera”. Una conclusión a la que llegan teniendo en cuenta que al mismo tiempo sube el gasto en restaurantes.
Son los datos incluidos en el informe del Institute of Labor Economics (IZA) sobre el impacto del aumento del SMI, realizado por los economistas Ignacio González de la American University; Héctor Sala, de la Universtitat Autònoma de Barcelona e IZA y Pedro Trivín, de la Universidad de Milán. La conclusión es que los trabajadores con menores salarios respondieron a la subida redirigiendo sus mayores ingresos hacia productos y servicios no esenciales. “Responde a una mejora real del bienestar de las familias con este aumento del SMI. Si no hubiera habido esta mejora habrían seguido comprando bienes de subsistencia, como la alimentación. En cambio, experimentan una mejora y les da oxígeno para gastarla en otras áreas”, explica Sala.
La subida del salario mínimo en el 2019 incrementó el consumo un 4,5%Su conclusión es muy positiva respecto al impacto de la subida del SMI del 2019, porque mejoró sustancialmente la situación de los trabajadores con menos ingresos, ampliando su acceso a bienes antes fuera de su alcance además de estimular el consumo. “Cuando los ingresos aumentan más allá del mínimo necesario para las necesidades básicas, los hogares tienden a gastar más proporcionalmente en bienes que aportan placer o calidad de vida”, añade Sala.
El estudio se centra en la subida del 2019 del SMI, la primera de una larga serie que ha llevado en el 2025 el salario mínimo hasta los 1.184 euros, y lo hace a partir de dos elementos. Por un lado, las miles de transacciones anónimas con tarjetas bancarias y pagos en terminales en toda España, facilitados por el Banco Sabadell; y por otro, la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE. De esta manera, puede analizar tanto el consumo individual como el de los hogares, y en los dos casos, los resultados concuerdan en esta potenciación del consumo .
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