Confianza o huida hacia adelante

Seleccione idioma

Spanish

Down Icon

Seleccione país

Mexico

Down Icon

Confianza o huida hacia adelante

Confianza o huida hacia adelante

Hace dos años, Pedro Sánchez hizo de la necesidad virtud y consiguió a cambio el gobierno de España. Ahora, después de los escándalos de corrupción que pesan sobre su círculo de confianza en la cúpula del PSOE, parece tener la tentación de hacer de esa misma necesidad una huida hacia delante.

PEDRO SANCHEZ EN SU COMPARECENCIA DE PRENSA POR EL CASO CERDAN

Pedro Sánchez en su comparecencia el pasado viernes

Dani Duch / Propias

Llegar al poder en el 2018 mediante una moción de censura que descabalgó a Rajoy del gobierno por corrupción impregnó con una poderosa seña de identidad a Sánchez, que hizo de la lucha contra aquella la razón de su acción política. Por eso, si se descubren hechos como los conocidos, hay que estar a la altura de las circunstancias.

Lo razonable sería conocer la opinión de los partidos que hicieron presidente a Sánchez

Lo aconsejable en términos éticos sería convocar elecciones. Pero como es comprensible no hacerlo cuando el populismo llama con fuerza a las puertas del poder, un control de daños razonable aconseja solicitar la confianza de los que hicieron posible el Gobierno actual. Sobre todo, si los corruptos fueron elegidos por Pedro Sánchez como secretarios de organización del PSOE y uno de ellos, además, fue ministro del departamento donde se fraguaron los escándalos.

Nadie duda del honor del presidente del Gobierno, aunque es bastante cuestionable la diligencia que puso al supervisar y vigilar el trabajo de aquellos en quienes delegó sus responsabilidades en el PSOE para poder ejercer plenamente sus funciones como jefe del Ejecutivo.

Es lógico que Sánchez haya reaccionado con indignación al sentirse traicionado. También que pida perdón y adopte medidas ejemplarizantes. Pero, si anuncia que quiere dar la cara por lo sucedido, entonces hay que recordarle que en una democracia parlamentaria hay que exponerse a que te la rompan en las Cortes. Algo que la liturgia constitucional prevé para el presidente del Gobierno a través de la cuestión de confianza regulada en el artículo 112 de nuestra Carta Magna.

Trasladar al PP la responsabilidad de acreditar la confianza necesaria para gobernar con una moción de censura es invertir institucionalmente la carga de la prueba. Ya sabemos que Feijoo no la tiene en el actual Congreso, aunque no sabemos si la tendría en las urnas. Como esto último solo puede hacerlo Pedro Sánchez, es razonable que el pueblo tenga derecho a saber si lo seguiría siendo en estos momentos. Y no tanto por tener una foto de lo que querrían Sánchez y el PSOE, que lo sabemos, si no por conocer la opinión parlamentaria de los partidos que lo apoyaron para hacerlo presidente.

Sería un ejercicio saludable de transparencia ética saber la medida exacta del grado de tolerancia real que cada partido proyecta sobre la corrupción cuando le incumbe directa o indirectamente. Además, permitiría conocer el propósito final que cada fuerza política atribuye a las mayorías en un momento polarizado y cuando se trata de frenar el avance del populismo. De ello dependerá que nuestra democracia parlamentaria sea viable y que no caiga en la tentación de convertirse en una democracia gubernativa.

lavanguardia

lavanguardia

Noticias similares

Todas las noticias
Animated ArrowAnimated ArrowAnimated Arrow