Sheinbaum y Trump: Choque de agendas en la cumbre del G7

La participación de la presidenta Claudia Sheinbaum en la Cumbre del G7 en Canadá está marcada por un evento central: su reunión cara a cara con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. No es un simple encuentro protocolario; es una negociación de alto calibre donde las conflictivas agendas de ambos líderes chocarán, definiendo el rumbo de la relación bilateral en temas críticos como migración, comercio y seguridad.

En los pasillos de Calgary, Canadá, se libra una batalla diplomática que tendrá repercusiones directas en la vida de millones de mexicanos. La presidenta Sheinbaum, acompañada por un gabinete de alto nivel que incluye a los secretarios Juan Ramón de la Fuente (Relaciones Exteriores) y Marcelo Ebrard (Economía), llega a su primer G7 con una agenda clara de defensa de los intereses nacionales. Sin embargo, se enfrenta a una contraparte cuya política se ha endurecido en las últimas semanas, creando un escenario de máxima tensión.

El presidente estadounidense llega a la mesa de negociación con una postura de mano dura, particularmente en el tema migratorio. A través de sus canales de comunicación, Trump ha ordenado a la agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) intensificar y ampliar las deportaciones masivas, poniendo en la mira a las llamadas «ciudades santuario» como Los Ángeles, Chicago y Nueva York.

La retórica de la Casa Blanca ha escalado, vinculando directamente a los migrantes indocumentados con la expansión de bases electorales demócratas y el presunto «robo» de empleos y beneficios a ciudadanos estadounidenses. Esta política no es solo un discurso; se traduce en una presión directa sobre México, que debe prepararse para recibir a un número creciente de connacionales repatriados.

Frente a la ofensiva migratoria de Trump, el gobierno mexicano ha puesto en marcha una estrategia de contención. En la conferencia matutina, encabezada por la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, se detallaron los avances del programa «México te abraza», diseñado para la recepción y reintegración de los migrantes repatriados.

Este desafío social y económico es tan real que el sector empresarial ya ha reaccionado. El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) anunció la disponibilidad de más de 70,000 vacantes específicamente para los mexicanos que regresan de Estados Unidos, en un intento por mitigar el impacto de las deportaciones.

Más allá de la migración, Sheinbaum y su equipo tienen como prioridad salvaguardar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), pilar de la economía nacional, y fortalecer la cooperación en seguridad para el combate al fentanilo y los cárteles, pero desde una perspectiva de soberanía y responsabilidades compartidas.

La reunión es también un fascinante contraste de estilos. Sheinbaum, en su debut en este escenario global, proyecta una imagen de liderazgo sereno y basado en datos. Trump, por su parte, es conocido por su enfoque diplomático transaccional y disruptivo, prefiriendo los acuerdos bilaterales contundentes sobre los consensos multilaterales.

Este encuentro no ocurre en un vacío. La agenda de Sheinbaum incluye reuniones con otros líderes clave como el primer ministro de India, Narendra Modi, y el primer ministro de Canadá, Mark Carney, lo que demuestra una estrategia de diversificación de alianzas. Sin embargo, el resultado de la conversación con Trump es el que acapara toda la atención.

«Tuve 60 días y ellos tuvieron 60 días y en el día 61… Siempre hemos apoyado a Israel… Irán no está ganando esta guerra», declaró Trump en el G7 sobre el conflicto en Medio Oriente, mostrando su estilo directo y su disposición a intervenir en las crisis globales.

El resultado de esta cumbre personal entre Sheinbaum y Trump no se medirá en la cordialidad del apretón de manos, sino en las políticas que de ella se deriven. Establecerá el tono de la compleja relación entre vecinos para los próximos años, con un impacto directo en la economía, la seguridad y, sobre todo, en el destino de millones de personas a ambos lados de la frontera.