Violencia feminicida: México sin política integral tras cierre de Conavim

Ocho meses después de la desaparición de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim), México enfrenta un vacío que organizaciones civiles califican como alarmante. Lo que antes era un organismo con atribuciones claras, metodologías y redes de trabajo ahora es una serie de responsabilidades dispersas en la Secretaría de la Mujer, sin claridad operativa ni jurídica.
En este tiempo, las cifras de violencia feminicida no han cedido. Para quienes luchan desde hace años contra este problema, no hay señales de una política integral que garantice la continuidad de las Alertas de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM), uno de los pocos mecanismos de protección con alcance nacional.
En una conferencia titulada “La Conavim se extingue y la violencia feminicida no cesa”, realizada en la Cátedra Unesco de Derechos Humanos de la UNAM, la Red Nacional de Alertistas y diversas organizaciones recordaron que desde 2013 se han emitido 25 declaratorias de alerta en 22 entidades, que abarcan 643 municipios. Además, hay 10 solicitudes en proceso y 9 que fueron rechazadas.
Sin embargo, tras el cierre de Conavim, no hay información clara sobre cómo se darán seguimiento y ejecución a estas alertas. Marina Reina Aguilar, integrante de la Coordinadora de la Red Nacional de Alertistas, advirtió que la opacidad crece y que el debilitamiento institucional favorece la impunidad.
Para Leticia Burgos, de la Coordinadora Nacional de Alertistas y la Red Sonorense, la situación es crítica: “Se ha debilitado el combate a la violencia estructural contra las mujeres por falta de coordinación. Los Grupos Interinstitucionales y Multidisciplinarios (GIM), esenciales para la operación de las alertas, se han desarticulado”.
La eliminación del micrositio de la Conavim, denunciada por activistas, es otro golpe a la transparencia. Con ello se pierde acceso público a bases de datos, diagnósticos y evaluaciones estatales y municipales.
La desaparición de Conavim no solo representa una reorganización administrativa. Para las organizaciones peticionarias de alertas, es la pérdida de años de trabajo acumulado en la generación de políticas públicas con perspectiva de género, metodologías probadas y redes de colaboración entre niveles de gobierno.
Sin una estructura clara para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia feminicida, México corre el riesgo de retroceder décadas en la protección de los derechos de las mujeres.
La violencia feminicida es una emergencia nacional que exige coordinación, recursos y voluntad política. En un contexto donde las cifras crecen y las instituciones se debilitan, cada día sin acción integral puede costar vidas.
El futuro de las AVGM dependerá de si el Estado logra reconstruir un mecanismo sólido o si este vacío se convierte en un nuevo capítulo de impunidad estructural.
La Verdad Yucatán