'Insostenible': El primer ministro español lucha por su puesto mientras crece el escándalo de corrupción
El primer ministro español, Pedro Sánchez, está luchando por mantener su puesto, ya que las acusaciones de corrupción provocaron la renuncia de un asesor cercano e incluso llevaron al viceprimer ministro del país a decir que la disculpa del primer ministro "no es suficiente".
El escándalo estalló el jueves después de que el Tribunal Supremo dijera que Santos Cerdán, la tercera figura de mayor rango del partido socialista de Sánchez, era sospechoso de estar involucrado en la adjudicación de contratos de obras públicas a cambio de sobornos.
El caso está vinculado a una investigación más amplia que ya atrapó al ex ministro de Transporte José Luis Ábalos, otrora aliado cercano del primer ministro.
Sánchez no está acusado de ningún delito, pero el caso se suma al creciente escrutinio legal sobre su círculo íntimo.
Su esposa, su hermano y el fiscal general de España, designado por el gobierno de Sánchez, están bajo investigación judicial en casos separados.
Los escándalos, ninguno de los cuales ha ido más allá de la fase de investigación preliminar, han alimentado las demandas de sus críticos para que renuncie y convoque elecciones anticipadas.
El periódico de centroderecha El Mundo escribió en un editorial el viernes que era "insostenible" que continuara.
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La situación era "agonizante" para el líder socialista, en el cargo desde 2018, escribió el periódico conservador ABC.
El jueves, al hablar en la sede de su partido, Sánchez, con aspecto sombrío, se disculpó por el escándalo pero prometió completar su mandato hasta 2027.
Pero su socio menor en la coalición gobernante, el partido de extrema izquierda Sumar, pidió un cambio en la dirección del gobierno a raíz del escándalo.
"No basta con pedir disculpas", dijo a la prensa la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, fundadora de Sumar.
Al mismo tiempo, el partido separatista catalán Junts ha solicitado una reunión urgente con los líderes socialistas para evaluar la viabilidad de la legislatura.
El frágil Gobierno minoritario de Sánchez depende de Junts para aprobar leyes en el Parlamento.
Paloma Román, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, dijo que Sánchez podría verse obligado a pedir una moción de confianza para recuperar el control.
"Lo que tiene que hacer Sánchez ahora es calmar las críticas de sus aliados proporcionándoles más información y abordando el tema de la confianza", dijo a la AFP.
'Gánate la confianza'
El Gobierno se ha negado hasta el momento a convocar una moción de confianza.
"El presidente del Gobierno tiene que seguir ganándose la confianza de la ciudadanía cada día, como lo está haciendo", dijo el viernes Óscar López, ministro cercano a Sánchez, durante una entrevista con la cadena de radio Cadena Ser.
"Tiene el deber de cumplir sus promesas de campaña y no defraudar a los millones de personas que votaron por él", añadió cuando se le preguntó si se estaba considerando un voto de confianza.
El principal partido de oposición, el Partido Popular (PP), ha pedido repetidamente la dimisión de Sánchez.
Pero el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha descartado la idea de proponer una moción en el Parlamento para intentar derrocar a Sánchez, advirtiendo que podría ser contraproducente y reforzar al líder socialista si fracasa.
En lugar de eso, instó a los aliados de Sánchez a reconsiderar su apoyo, diciendo que serían cómplices de "la mayor ola de corrupción" si se negaban.
Los analistas dicen que los socios de coalición de Sánchez son reacios a retirar su apoyo, por temor a que hacerlo pueda allanar el camino para un gobierno del PP apoyado por el partido de extrema derecha Vox, una perspectiva que muchos partidos regionales y de izquierda consideran inaceptable.
"No dejarán caer a Sánchez, no por amor, sino porque temen aún más un gobierno PP-Vox", afirmó Román.
Sánchez llegó al poder en junio de 2018 después de derrocar a su predecesor, Mariano Rajoy, en una moción de censura por escándalos de corrupción que involucraban al PP.
Las encuestas de opinión más recientes muestran que el PP mantiene una ligera ventaja sobre los socialistas.
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