¿Verduras venenosas de tu huerto? Nunca ignores estas señales.

¿Sabías que algunas verduras de tu huerto pueden ser venenosas? El peligro de las verduras venenosas no solo reside en las propias plantas (o en partes de ellas), sino también en formas inesperadas, como la polinización cruzada. Aquí te explicamos qué debes tener en cuenta para disfrutar de tu cosecha de forma segura.
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No todo lo que se cosecha es necesariamente comestible. Un ejemplo común es la familia de las solanáceas, como los tomates, las papas y las berenjenas. Las partes verdes (hojas, tallos y frutos verdes) de estas plantas contienen solanina, una sustancia tóxica. Esta sustancia puede causar graves problemas gastrointestinales. ¡Nada agradable!
El ruibarbo es otra planta solo parcialmente comestible. Los tallos son deliciosos, pero las hojas contienen tanto ácido oxálico que pueden causar problemas renales.
- No comas las partes verdes de los tomates y las patatas (esto también se aplica a las manchas verdes en los tubérculos), porque contienen solanina.
- Sólo los tallos del ruibarbo son comestibles: las hojas son venenosas.

Algunas verduras son difíciles de digerir crudas o incluso tóxicas. Pero cocinarlas las convierte en un bocadillo saludable. Las legumbres son un ejemplo clásico: crudas, contienen lectinas, que pueden causar náuseas y molestias intestinales. Las patatas y las berenjenas tampoco deben consumirse crudas.
Y luego están las verduras que no son necesariamente tóxicas crudas, pero que sí contienen altos niveles de ácido oxálico, como las espinacas, la remolacha o la acelga. Esto es especialmente problemático para las personas propensas a los cálculos renales, por ejemplo. Cocinar estas verduras libera gran parte del ácido oxálico natural en el líquido de cocción. Deseche el líquido de cocción y disfrute de su saludable porción de verduras.
- La cocción neutraliza las lectinas de las legumbres crudas (como las judías verdes y las habas).
- Las patatas y las berenjenas crudas contienen toxinas que desaparecen con la cocción.
- La cocción reduce el contenido de ácido oxálico en las espinacas, la remolacha y la acelga.

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La polinización cruzada suele ocurrir de forma inadvertida en el jardín. Solo se convierte en un problema cuando especies comestibles y no comestibles de la misma familia de plantas se polinizan mutuamente. El ejemplo más común es el género Cucurbita . Esto incluye tanto hortalizas comestibles (como calabazas y calabacines comestibles) como calabazas ornamentales venenosas.
La polinización cruzada puede dar lugar a frutas con sabor amargo, una señal de alerta de que contienen la sustancia tóxica cucurbitacina. Esta sustancia puede causar náuseas y diarrea intensas. ¿Su calabacín o calabaza sabe amargo? ¡Tírelo inmediatamente y no lo coma!
- Las calabazas (ornamentales) y los calabacines pueden cruzarse.
- La polinización cruzada puede producir un sabor amargo y toxicidad.


Las plantas ornamentales añaden color y ambiente a un jardín, pero algunas especies se parecen mucho a las verduras comestibles y pueden ser peligrosas si se confunden. El guisante de olor ( Lathyrus odoratus ) es un ejemplo bien conocido: sus flores y vainas se parecen a las de los guisantes comunes, pero sus semillas son venenosas. Por lo tanto, mantenga siempre una clara separación entre las plantas ornamentales (que a veces incluyen plantas extremadamente venenosas ) y el huerto, especialmente si hay niños pequeños cerca.
- Mantenga una clara separación entre el jardín ornamental y el huerto para evitar errores.
- Enseñe a los niños desde una edad temprana que no deben limitarse a comer plantas.

¡Consejo!

¿Cómo saber si es seguro consumir alimentos de tu huerto ? No te preocupes: la gran mayoría de las verduras son seguras. Sin embargo, con las verduras que se sabe que son peligrosas, algunas señales claras apuntan a un peligro:
- Sabor amargo o metálico: Este es el principal indicio de un sabor amargo en la familia de las cucurbitáceas (calabaza, calabacín). Pruebe siempre un trocito crudo antes de cocinarlo. Si le sabe amargo, escúpalo y deséchelo entero.
- Manchas verdes en las patatas o tomates (inmaduros): Contienen la toxina solanina. Retire todas las partes verdes y los brotes de las patatas.
- Un olor parecido al de las almendras: se libera principalmente al triturar o cortar hojas o semillas y puede indicar compuestos similares al cianuro, como los que se encuentran en las almendras amargas.
- Descoloraciones extrañas o fruta de aspecto incomestible: Un color muy poco natural o una fruta que parece deforme y atrofiada podrían ser un signo de enfermedad o de un híbrido tóxico.
- Partes dañadas o marchitas de tallos y hojas: Algunas plantas producen toxinas adicionales en respuesta al estrés o al daño.
Si no está seguro, tire las verduras. No vale la pena, ni para su salud ni para la de quienes le rodean, experimentar con verduras potencialmente tóxicas.