¿Se están encubriendo las pruebas nucleares? Los sismólogos en shock

Un artículo de Joshua Carmichael y colegas del Laboratorio Nacional de Los Álamos aparece en el prestigioso Boletín de la Sociedad Sismológica de América. Causó mucho revuelo en la comunidad científica.
La tecnología fracasa en el choque con la naturalezaEl equipo de Carmichael analizó la eficacia de los sistemas avanzados para detectar explosiones subterráneas. Normalmente, estos sistemas pueden identificar hasta 1,7 toneladas de carga con una precisión de hasta el 97 por ciento. Sin embargo, cuando la señal de dicha explosión se superpone a las ondas sísmicas de un terremoto ocurrido a hasta 250 kilómetros de distancia y dentro de los 100 segundos de la explosión, la efectividad cae drásticamente: a solo el 37 por ciento.
Los estudios han destacado que estas señales superpuestas perturban el funcionamiento incluso de los sistemas de detección más sensibles, volviéndolos prácticamente inútiles en determinadas condiciones.
Hallazgos innovadores frente a informes anterioresEstos hallazgos contradicen un estudio anterior de 2012 que concluyó que los terremotos naturales no podían enmascarar eficazmente las señales de explosión. Los últimos datos indican algo completamente diferente: que enmascarar las pruebas nucleares con fenómenos naturales no sólo es posible, sino también difícil de detectar.
Según el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares de 1996, todas las explosiones nucleares, independientemente de su propósito, están prohibidas. Los nuevos hallazgos de Carmichael ponen en duda la eficacia del seguimiento del cumplimiento del tratado, especialmente en regiones sísmicamente activas.
El investigador señala que en países como Corea del Norte, que ha realizado seis pruebas nucleares en dos décadas, el número de pequeños temblores detectados cerca de los sitios de prueba es mucho mayor de lo que se creía anteriormente.
Los enjambres sísmicos también pueden ocultar explosionesEl estudio también señala que los fenómenos sísmicos naturales, como las explosiones sísmicas o los enjambres de terremotos, también pueden ayudar a enmascarar las señales de explosión. En tales casos, la eficiencia de detección puede caer del 92 por ciento a sólo el 16 por ciento.
Carmichael advierte que podríamos estar subestimando seriamente el número de pequeños terremotos en esas zonas, lo que complicaría aún más el análisis de posibles pruebas nucleares.
Datos reales, no simulacionesA diferencia de estudios anteriores basados en simulaciones, el equipo de Carmichael utilizó datos reales del Sitio de Seguridad Nacional de Nevada. Atenuando las señales de las explosiones y combinándolas con choques naturales, comprobaron si los sistemas de detección serían capaces de distinguir entre ambos fenómenos.
Los expertos subrayan, sin embargo, que un terremoto por sí solo no es suficiente para ocultar completamente una explosión nuclear. En la práctica también se utilizan otros métodos de detección, como el análisis de la presencia de radionucleidos en la atmósfera.
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Wprost