10 años y medio de prisión para un hombre que intentó prender fuego a su exmujer
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El hombre, de 43 años, fue condenado a diez años y seis meses de prisión por el delito de homicidio calificado en grado de tentativa, un delito de violencia intrafamiliar agravada y un delito de atentado contra la integridad, informó hoy el presidente del colectivo, quien también determinó el mantenimiento de la prisión preventiva.
El Tribunal consideró probados la mayoría de los hechos presentes en la acusación del Ministerio Público.
Según el juez que presidía el colectivo, sólo la “actuación heroica” de los vecinos y el azar del destino lograron que el crimen no se cometiera, en marzo de 2024, meses después de que la pareja se separara.
Aunque el acusado afirmó varias veces que no sabía que el líquido que tenía en las botellas y vertió sobre su exmujer era inflamable, el Tribunal de Coimbra no creyó esta versión, señalando que el hombre, durante el juicio, acabó contradiciéndose al decir, en un determinado momento, que no arrojó ninguna cerilla a la víctima porque no quería prenderle fuego.
“En otras palabras, al decir esto, el acusado naturalmente sabía que el líquido era inflamable”, señaló el presidente del colectivo, subrayando además que el líquido era utilizado habitualmente por el hombre en el taller donde trabajaba y olía a petróleo.
Para probar los hechos, el Tribunal de Coimbra se basó en parte en la confesión del acusado (que no confirmó toda la acusación) y también en el testimonio de la víctima, que consideró creíble y de tono menos acusatorio que la propia decisión del Ministerio Público.
El hombre, de 43 años, fue condenado a diez años y seis meses de prisión por el delito de homicidio calificado en grado de tentativa, un delito de violencia intrafamiliar agravada y un delito de atentado contra la integridad, informó hoy el presidente del colectivo, quien también determinó el mantenimiento de la prisión preventiva.
El Tribunal consideró probados la mayoría de los hechos presentes en la acusación del Ministerio Público.
Según el juez que presidía el colectivo, sólo la “actuación heroica” de los vecinos y el azar del destino lograron que el crimen no se cometiera, en marzo de 2024, meses después de que la pareja se separara.
Aunque el acusado afirmó varias veces que no sabía que el líquido que tenía en las botellas y vertió sobre su exmujer era inflamable, el Tribunal de Coimbra no creyó esta versión, señalando que el hombre, durante el juicio, acabó contradiciéndose al decir, en un determinado momento, que no arrojó ninguna cerilla a la víctima porque no quería prenderle fuego.
“En otras palabras, al decir esto, el acusado naturalmente sabía que el líquido era inflamable”, señaló el presidente del colectivo, subrayando además que el líquido era utilizado habitualmente por el hombre en el taller donde trabajaba y olía a petróleo.
Para probar los hechos, el Tribunal de Coimbra se basó en parte en la confesión del acusado (que no confirmó toda la acusación) y también en el testimonio de la víctima, que consideró creíble y de tono menos acusatorio que la propia decisión del Ministerio Público.
El hombre, de 43 años, fue condenado a diez años y seis meses de prisión por el delito de homicidio calificado en grado de tentativa, un delito de violencia intrafamiliar agravada y un delito de atentado contra la integridad, informó hoy el presidente del colectivo, quien también determinó el mantenimiento de la prisión preventiva.
El Tribunal consideró probados la mayoría de los hechos presentes en la acusación del Ministerio Público.
Según el juez que presidía el colectivo, sólo la “actuación heroica” de los vecinos y el azar del destino lograron que el crimen no se cometiera, en marzo de 2024, meses después de que la pareja se separara.
Aunque el acusado afirmó varias veces que no sabía que el líquido que tenía en las botellas y vertió sobre su exmujer era inflamable, el Tribunal de Coimbra no creyó esta versión, señalando que el hombre, durante el juicio, acabó contradiciéndose al decir, en un determinado momento, que no arrojó ninguna cerilla a la víctima porque no quería prenderle fuego.
“En otras palabras, al decir esto, el acusado naturalmente sabía que el líquido era inflamable”, señaló el presidente del colectivo, subrayando además que el líquido era utilizado habitualmente por el hombre en el taller donde trabajaba y olía a petróleo.
Para probar los hechos, el Tribunal de Coimbra se basó en parte en la confesión del acusado (que no confirmó toda la acusación) y también en el testimonio de la víctima, que consideró creíble y de tono menos acusatorio que la propia decisión del Ministerio Público.
diariocoimbra