Jamil Chade: João Carlos Martins recibe una ovación de pie en su 'despedida' en el Carnegie Hall

Martins convirtió el programa de este viernes en una retrospectiva de su vida. Considerado uno de los grandes intérpretes de Johann Sebastian Bach, el brasileño comenzó con la Suite Orquestal número 3 del alemán.
En el ensayo, días antes, había sorprendido a los músicos adoptando una interpretación única del maestro barroco. Pedía energía, dedicación y elegancia. También exigió que cada nota tuviera un significado, rompiendo incluso dogmas. Frente a las tres mil personas que llenaron el lugar, la orquesta respondió.
Martins luego transportó la revolución del compositor que sirve de diccionario de la música occidental a Brasil, con Heitor Villa Lobos. La primera parte también concluyó con una “conversación” entre Villa-Lobos y Bach, en sus Bachianas número 7. Un gesto simbólico cuidadosamente elegido por Martins para insistir en la necesidad del diálogo.
Pero fue en la segunda mitad cuando Martins transformó la sala en un oratorio, recibiendo una ovación de pie en al menos dos ocasiones, incluso antes del final. Todavía se estaba recuperando del cáncer y los médicos le habían ordenado no tocar y solo dirigir. De hecho, el propio director confirmó que existía el riesgo de que el concierto fuera cancelado.
Sin embargo, el consejo médico fue rechazado. Durante el intermedio, metió las manos en cubos de agua caliente en el camerino para relajar los músculos y asegurarse de que, pese a su enfermedad, podría completar el concierto.
Con humor, advirtió previamente que si ésta era su despedida, todo dependería de cómo se desarrollara ese concierto.
uol