<![CDATA[ Como explicar às crianças a importância do sono e das ervilhas ]]>
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¿Todos conocemos a algún niño que dice que todo lo verde es malo? ¿O que insiste en que no necesita dormir porque no puede dormir nada? Las viejas guerras entre niños continúan, pero con algunos cambios. Ahora tenemos pantallas —desde teléfonos móviles y tabletas hasta dispositivos similares— que nos ayudan a distraernos. Consciente de todo esto, la pediatra Rita Sousa Gomes decidió escribir un libro con consejos sobre cómo afrontar estos desafíos, pero es un libro diferente. No está dirigido solo a padres, sino también a niños. «Como pediatra y madre, me di cuenta de lo mucho que los cuentos pueden ayudar a los niños a comprender mejor lo que les sucede, incluyendo el mundo de las emociones, la salud y las rutinas. Quería crear una herramienta que explicara temas más complejos de forma sencilla y cariñosa, y que también ayudara a los padres a iniciar conversaciones importantes con sus hijos», explica a SÁBADO .
Como explica la especialista, decidió dirigirse a los niños porque tienen derecho a sentirse comprendidos y respetados, y porque cree que la información debe adaptarse a la edad de cada niño. Rita Sousa Gomes va más allá y enfatiza que debemos invitar a los niños a participar activamente en su propia salud. Y, en su opinión, la mejor manera es a través de cuentos. En el libro "A Minha Pediatra Cuida de Mim" (Mi pediatra me cuida), comparte tres historias diferentes. Si se empieza hablando de guisantes, hay espacio para otros hábitos. Pero ¿cuál es el problema con los alimentos nuevos o verdes? "Muchos niños rechazan los alimentos por su apariencia, textura o asociación con experiencias menos positivas. Esto forma parte de su desarrollo normal. Las verduras a menudo se introducen de forma poco atractiva o con cierta presión, lo que puede agravar el rechazo", argumenta la pediatra, quien señala otras estrategias. Según Rita Sousa Gomes, es necesario convencer a los niños y obligarlos nunca es una buena estrategia. Los padres deben ofrecer la comida de forma natural, sin chantajes ni recompensas. Permitan que el niño explore la comida con todos los sentidos, involúcrenlo en la preparación de las comidas y mantengan una rutina de alimentación predecible. Y, sobre todo: den ejemplo. Forzar puede resultar en una aceptación momentánea, pero casi siempre genera resistencia a largo plazo. Comer debe ser un momento de placer, no de tensión ni conflicto.
La pediatra Rita Sousa Gomes advierte que el uso excesivo de pantallas se asocia con retrasos en el desarrollo
La comida suele ser un desafío, pero como advierte el médico, una simple conversación o un solo bocado de un alimento nuevo no basta. La persistencia es esencial. ¿Qué hacer? «Tómate tu tiempo, mantén la calma, repite y ten confianza. Cuando no se sienten presionados, los niños se arriesgan más. A veces es necesario presentarles la comida 10 o 15 veces, en contextos positivos, para que la acepten».
Además, los expertos advierten que es necesario acabar con falsos mitos como la idea de que un niño gordito es signo de salud. Y, por supuesto, evitar la comida rápida , que es más barata pero poco nutritiva. «Aún se cree que estar gordito es sinónimo de salud, sobre todo en bebés. Pero hoy sabemos que el sobrepeso, incluso a una edad temprana, tiene consecuencias para la salud futura. Un niño sano es un niño activo, con energía, apetito regulado y bienestar emocional, y esto no siempre se traduce en volumen», concluye.
Los padres deben dar ejemploDormir sigue siendo otro desafío, ya que en algunos casos no existe una buena higiene del sueño. ¿Qué significa esto? «Los padres deben cuidar la rutina de sueño como cuidan su alimentación: con constancia, previsibilidad y un ambiente tranquilo. Y esto debe comenzar temprano», destaca a SÁBADO. La pediatra argumenta que los hábitos de sueño se construyen desde el nacimiento. «Un bebé que asocia el sueño con comodidad, previsibilidad y tranquilidad crecerá con mayor facilidad manteniendo estos patrones», advierte.

Ante un alimento nuevo que no te gusta, hay que insistir: después de 15 veces puede haber cambios
En el libro, Rita Sousa Gomes se aseguró de incluir una historia sobre las tabletas . La frase clave es: «Las pantallas no dejan recuerdos». Para la pediatra, esta ha sido una preocupación creciente entre los padres. «Los padres se sienten perdidos entre el deseo de proteger y la necesidad de adaptarse al mundo digital. Quería demostrar que es posible usar la tecnología de forma más consciente, sin extremismos», afirma. Añade que los recuerdos se crean «con los sentidos y las emociones». Y va más allá: «Las pantallas pueden distraer, pero no sustituyen el contacto real, el juego activo y el tiempo de calidad».
Además, destaca las consecuencias negativas del uso excesivo de pantallas: «Retraso en el desarrollo, dificultad para concentrarse, problemas de sueño, irritabilidad, mayor riesgo de sedentarismo y, en consecuencia, mayor riesgo de sobrepeso y obesidad». Recomienda que solo se utilicen a partir de los 2 años y siempre con moderación por parte de los padres. Otro consejo es establecer límites y crear rutinas sin pantallas, con juegos reales al aire libre. «El uso que los padres hacen de los dispositivos electrónicos influye en sus hijos mucho más de lo que imaginan. Y no duden en pedir ayuda y ajustar sus estrategias cuando sea necesario», concluye la pediatra.

El libro incluye tres cuentos infantiles sobre buenos hábitos de salud.
Rita Sousa Gomes reconoce que los padres están cansados y que el hecho de vivir en un mundo cada vez más digital dificulta estas normas. «De hecho, todos somos, en cierto modo, víctimas de las pantallas. Vivimos en un mundo cada vez más digital, donde dependemos de los dispositivos para casi todo (trabajo, organización familiar, comunicación...). Pero precisamente por eso debemos estar alerta e intentar usar las pantallas de forma más consciente. Lo ideal sería que todos, padres e hijos, aprendiéramos juntos a encontrar un equilibrio. Al fin y al cabo, el uso excesivo no solo afecta la salud de los niños, sino que también interfiere en el bienestar de los padres y la armonía familiar».
sabado