Tres películas para ver esta semana
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Ganadora del Festival de Annecy y nominada al Oscar a Mejor Largometraje de Animación, Memorias de un caracol , del australiano Adam Eliott (autor de Mary y Max ), es la historia de Grace Pudel —una de esas personas nacidas bajo el destino de la infelicidad, la mala suerte y la inadecuación social—, que cuenta su vida de tristeza, soledad y desgracia a su caracol favorito, Sylvia (Grace adora los caracoles y los hámsters , y los acumula en casa, vivos o en todas sus formas decorativas) a quien acaba de liberar, tras la muerte de Pinky, una excéntrica e inquieta anciana que era su mejor y única amiga. Eliott realizó la película en stop motion (animación cuadro a cuadro), su técnica elegida, y a pesar de que la desafortunada historia del protagonista no está exenta de humor (la mayoría de las veces ácido o bastante oscuro), Memorias de un caracol es, sin duda, una de las películas de animación más completamente deprimentes jamás realizadas.
“El Imperio”Decir que la nueva película de Bruno Dumont es delirante es quedarse corto. El director de Camille Claude 1915 y Francia mezcla el pastiche de ciencia ficción con un toque de space opera (con efectos especiales a juego) y su marca de naturalismo burlesco-grotesco, y filma, en el norte de Francia donde nació y ya ha ambientado algunas de sus películas, así como la serie Le Petit Quinquin (la pareja de ridículos policías de pueblo de ésta también aparece aquí), la batalla decisiva entre las fuerzas del Bien y del Mal, dándole a Fabrice Luchini el papel de un compuesto de Satanás cósmico y Darth Vader amanerado. La inusual yuxtaposición de estos dos universos cinematográficos que no tienen nada que ver entre sí resulta divertida y extravagante durante media hora. Después de eso, Empire se vuelve demasiado repetitivo y tonto. Anamaria Vartolomei, sin embargo, es un agente muy interesante del lado del Bien.
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La nueva película de Paolo Sorrentino tiene como heroína a una joven bella, sensual e inteligente llamada Parthenope (interpretada por la debutante Celeste Dalla Porta en su juventud y por Stefania Sandrelli en su vejez, al final de la historia), el nombre clásico de Nápoles, la ciudad que lo vio nacer (y de donde también es Sorrentino), y de la sirena de la mitología griega que lo inspiró. Al contar la historia de la vida de Parthenope, el director la utiliza como un personaje convencional, pero al mismo tiempo, la convierte en un símbolo, una emanación de la ciudad en forma femenina, un ideal de mujer y también un vehículo que utiliza para meditar sobre la juventud, el paso del tiempo y el poder y la impermanencia de la belleza. En el reparto también forman parte Silvio Orlando y Gary Oldman, este último en el papel del escritor estadounidense John Cheever. Parthenope fue elegida como película de la semana por Observador y puedes leer la reseña aquí .
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