Conjuntivitis alérgica: verdades y mitos

La conjuntivitis alérgica es una inflamación de la conjuntiva causada por una reacción de hipersensibilidad, a menudo asociada al polen, ácaros del polvo, pelo de animales, entre otros alérgenos. Es importante diferenciarla de otros tipos de conjuntivitis y el oftalmólogo podrá hacerlo fácilmente. En la conjuntivitis alérgica predomina el prurito o picor, las secreciones son mucosas y pueden existir papilas claramente visibles en la conjuntiva palpebral.
El diagnóstico de la conjuntivitis alérgica generalmente se realiza a través de una historia clínica completa y una observación clínica cuidadosa. La presencia de un alérgeno desencadena una cascada de respuestas alérgicas de diversa gravedad. La principal modificación del comportamiento para todos los tipos de conjuntivitis alérgica es evitar el contacto con los alérgenos. Su tratamiento puede incluir antihistamínicos tópicos, estabilizadores de mastocitos, medicamentos antiinflamatorios no esteroides y corticosteroides.
Existen muchos mitos y verdades relacionados con la conjuntivitis alérgica que necesitan mayor aclaración. Los más comunes son:
– La conjuntivitis alérgica desaparecerá por sí sola con el tiempo. Es parcialmente falso. Algunos casos leves pueden mejorar, pero otros persisten o empeoran sin el tratamiento adecuado.
– Algunos tipos de conjuntivitis alérgica mejoran con la edad. VERDADERO. La conjuntivitis primaveral, por ejemplo, tiende a desaparecer después de la pubertad.
– Evitar el alérgeno es esencial. Cierto (aunque a menudo difícil). Eliminar o reducir la exposición puede ser tan eficaz como los medicamentos.
– Las compresas frías pueden ayudar a aliviar los síntomas. VERDADERO.
– La higiene ocular (sin frotarse los ojos) es fundamental. VERDADERO.
– El uso de lágrimas artificiales ayuda a diluir los alérgenos. VERDADERO.
– Podría ser contagioso. FALSO. No es causada por agentes infecciosos y no se transmite entre personas:
– Debe tratarse con antibióticos. FALSO. No deben utilizarse a menos que exista una infección al mismo tiempo.
– El tratamiento local con gotas suele ser suficiente. VERDADERO. Las gotas oftálmicas con antihistamínicos o estabilizadores de mastocitos son el tratamiento de primera línea.
– Las gotas oftálmicas de cortisona son excelentes para la conjuntivitis alérgica. FALSO. Pueden provocar efectos adversos importantes como aumento de la presión ocular y cataratas. Cuando sea necesario, se deben utilizar con precaución y bajo la supervisión de un oftalmólogo.
– Algunos casos pueden requerir tratamiento sistémico. VERDADERO. En casos graves o refractarios (como la conjuntivitis primaveral o atópica) puede ser necesario recurrir a antihistamínicos o inmunomoduladores orales.
– Todas las conjuntivitis alérgicas son iguales. FALSO. De hecho, existen varios tipos de conjuntivitis alérgica, con duración y gravedad muy variables.
Conjuntivitis estacional: Es la más frecuente y está asociada al polen (primavera/verano). Provoca picor, lagrimeo, ojos rojos y ligero edema del párpado. La duración es intermitente y coincide con la época de polen. El tratamiento incluye antihistamínicos tópicos, estabilizadores tópicos de mastocitos y lágrimas artificiales para eliminar los alérgenos. Los vasoconstrictores pueden utilizarse durante periodos inferiores a una semana.
Conjuntivitis perenne: Está presente todo el año, asociada a ácaros, hongos y pelos. Los signos y síntomas son los mismos que los de la conjuntivitis primaveral, pero crónicos y menos intensos. El tratamiento es similar, pero más largo, en ciclos o de forma continua. La profilaxis es fundamental e incluye controlar el ambiente en el hogar reduciendo el contacto con ácaros y otros alérgenos, evitando el polvo doméstico y los ambientes contaminados o con humo de tabaco, lavar semanalmente la ropa de cama, evitar alfombras, tapetes y tapizados que acumulen polvo, evitar el contacto directo con animales en casa, lavarse las manos y cambiarse de ropa después del contacto, evitar el moho y los hongos manteniendo la casa bien ventilada y seca. Es posible que necesites evitar el maquillaje o productos irritantes en los ojos/párpados y usar gafas de sol para protegerte contra el polvo y los irritantes externos.
Conjuntivitis primaveral: es una forma más grave de conjuntivitis que afecta a niños y adolescentes, a menudo en climas cálidos. Provoca picazón intensa, dificultad para mirar la luz y una sensación severa de cuerpo extraño. En la parte interior del párpado superior se encuentran papilas gigantes y también puede afectar la córnea (nódulos típicos). Tiende a mejorar después de la pubertad, pero puede causar complicaciones si no se trata.
La conjuntivitis atópica puede ser grave, crónica y potencialmente destructiva. Es común en individuos jóvenes con dermatitis atópica. Se manifiesta con prurito, secreción mucosa, inflamación crónica y grave de los párpados y compromiso conjuntival y corneal más difuso que en la conjuntivitis primaveral.
Por lo tanto, es esencial distinguir la conjuntivitis alérgica de otras formas de conjuntivitis para evitar tratamientos inadecuados (como el uso innecesario de antibióticos). Aunque muchos casos son leves y fácilmente controlables, hay formas más graves y persistentes. Saber cómo evitar los alérgenos y mantener una buena higiene ocular son medidas fundamentales. Se debe evitar la automedicación, especialmente con corticosteroides o vasoconstrictores. El seguimiento por parte de un oftalmólogo permite no sólo un diagnóstico correcto, sino también la definición de la mejor estrategia terapéutica para cada caso.
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