Carla Madeira, autora de 'Tudo é rio', analiza el polémico perdón y la violencia contra las mujeres
Carla Madeira comprende el tiempo. Entiende que segundos, horas o incluso el calendario gregoriano no son sinónimos. Para la escritora de Minas Gerais, el tiempo es el espacio entre los acontecimientos, ya sean derrotas o victorias, pérdidas o ganancias, alegrías o tristezas. Todos merecen la misma atención. «Necesito un tiempo de silencio», dice la autora. «Este mundo contemporáneo se centra en el desempeño, en la acción, en la entrega. El asombro y la angustia son incómodos, ¿verdad? Se necesita valentía para soportar esta incomodidad hoy en día».
Su naturaleza observadora y atenta se explica por su lugar de nacimiento, Belo Horizonte. Allí, la sensibilidad es intrínseca. Hija de Ulisses Carneiro, ex religioso marista en su juventud, e Irlanda Madeira, la primera lectora del éxito de ventas "Tudo é rio", Carla siempre fue alentada a expresarse artísticamente. Y el resultado no podría haber sido diferente: la periodista y publicista se convirtió en la única escritora brasileña (y la única escritora de ficción) en aparecer en el ranking de los 10 libros más vendidos en Brasil en 2023, según una encuesta realizada por Nielsen BookScan.
Su primer libro, «Tudo é rio», fue publicado por primera vez en 2014 por la editorial independiente Quixote de Minas Gerais y reeditado en 2021 por Record. Según una encuesta de su actual editorial, se vendieron más de 131.000 ejemplares solo en 2023 y más de 350.000 ejemplares impresos y digitales desde su reedición. Además del éxito de ventas, Madeira es autora de otras dos obras, «A Natureza da Mordida» (también publicada por Quixote) y «Véspera» (la primera publicada por Record), y está trabajando en un nuevo libro.
Con cifras tan positivas, ha tenido menos momentos incómodos, pero ha logrado mantener la introspección. Su teoría sobre el silencio quedó demostrada en Casa Vivo. El encuentro, que podría haber sido singular, resultó ser plural y acogedor.
ARTE PRIMARIOTenemos mucha prisa: por decidir, por concluir, por estar seguros. Esto desborda nuestro potencial y no nos ayuda a afrontar una situación abierta. A veces no es posible concluir algo porque simplemente no es el momento de estar listos.
He dedicado mi tiempo a la creación artística desde muy joven. A los nueve años, me regalaron una guitarra y aprendí a tocar una canción de Caetano Veloso, "Deus e o Diabo". Tiene tres acordes y pensé que podría componer. Así que empecé a componer desde muy joven. Más tarde estudié pintura y teatro. Tuve muchos privilegios, pero el mayor de todos fue tener padres que siempre me animaron a experimentar con todos estos lenguajes artísticos.
IMPOTENCIA CREATIVAA veces, sentimos algo desorganizado en nuestro interior, que no hemos podido controlar, que no sabemos qué es. No nos gusta sentirlo porque no tiene nombre. Este intervalo se llama impotencia. En estos momentos, debemos ser generosos con nosotros mismos, ya que suelen ser momentos muy creativos.
PROCESO DE ESCRITURACuando empecé a escribir "Tudo é Rio", no sabía qué hacía. Empecé a hacer un ejercicio divertido, una forma de ocupar mi tiempo. Seguí escribiendo hasta que, de forma natural, escribí una escena muy violenta. No tuve la madurez para afrontar esta situación que me había propuesto y me paralizó durante 14 años. O sea, paralizó mi escritura, pero el libro no dejó de escribirse, ¿verdad?
NUEVO LIBROLo anoto todo, no desperdicio nada. Soy como una antena cuando escribo. De hecho, puedo apropiarme y usar todo lo que dijiste, ¿sabes? [risas]. A veces me despierto con una frase loca en la cabeza y me pregunto: "¿Qué es eso?". Es el comienzo de un capítulo o algo así lo que me pone en un estado de desafío. El libro que estoy escribiendo es mucho más caótico que todos los demás. Le dije a mi esposo que necesito parar ahora y estructurarme un poco, porque hay cosas muy intensas.
PERDÓN CONTROVERSIALCuando "Tudo é Rio" empezó a resonar entre los lectores, el perdón se convirtió en un tema crucial en mi vida. Me apasionó profundamente. ¿Puede una mujer perdonar a un hombre que la agredió? ¿Podemos perdonar lo imperdonable? El perdón, como algo cercano a la impunidad, no es perdón, es una visión errónea. Perdonar no es olvidar: es una especie de equilibrio entre la memoria y el olvido. Es recordar lo suficiente para que no vuelva a ocurrir y olvidar lo suficiente para que el dolor no se repita a diario. Para que ella [la víctima] pueda seguir adelante, para que pueda escapar de las manos del agresor y emprender el camino hacia la libertad. Si cada día me despierto y revivo la agresión, estoy en manos del agresor.
Tenía tres parejas y llegó un momento en que fue muy difícil porque no estábamos de acuerdo, nos malinterpretábamos y nos costaba mucho hacer cosas que antes eran básicas. Contratamos a un psicólogo para que trabajara con nosotros y fue transformador en nuestro autoconocimiento y en cómo nos conocimos como equipo. Lo mejor que puede pasar es darse cuenta de lo que no puedes manejar. No creo en el desarrollo profesional sin el desarrollo personal.
FE Y RELIGIÓNVengo de una familia religiosa; mi padre era marista y vi su fe. El tema me inspiraba profundamente y quizás necesitaba palabras para organizarlo todo. El otro día fui a la Academia Brasileña de Letras a dar una conferencia y escribí un texto que decía: «Puede que una madre no crea, pero es muy difícil que una madre no tenga fe». Rezo y pido protección todos los días, a todas horas, pero ya no puedo tener una religión. Lo peor que nos hemos hecho, como humanidad, fue a través de la religión. No puedo creer en un Dios inventado, lleno de intereses, que no está en el lugar que le corresponde, que es el amor.
CRÍTICOS INTERNOS Y EXTERNOSEstudié mucho el proceso creativo [Carla daba clases de copywriting en una universidad de Belo Horizonte] y hay algo muy real: lo más destructivo es el juicio. Si juzgas mientras creas, no te abrirás. Y cuando no te abres, no crearás. Escribir es una experiencia íntima. Cuando escribimos, no tenemos que preocuparnos por el mundo exterior. Claro que todo autor quiere ser leído. Cualquier artista que trabaja en una obra, en algún momento, quiere compartirla. Pero, mientras vives el proceso, esta experiencia debe ser completamente tuya. Una vez que publicas un libro, deja de ser tuyo. El lector lee a través de las voces que conoce, sus conceptos, prejuicios, experiencias de vida. Leerá con sus infinitas interpretaciones, y esta lectura será solo suya.
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