El gas se desacelera pero aún representa el 10% de la producción eléctrica

«El mercado del gas en Portugal se está reorientando, con una reducción de su papel en la producción de electricidad y una mayor dependencia de las importaciones marítimas, en un contexto de transición energética acelerada», declaró a Nascer do SOL Paulo Monteiro Rosa, economista senior del Banco Carregosa.
Y señala que este ha experimentado una fuerte contracción en 2024, especialmente en el segmento de generación eléctrica, que cayó un 56% en comparación con el año anterior. «Esta caída se reflejó en un consumo total de 40,5 TWh [Teravatios-hora], el más bajo desde 2003, lo que revela una clara tendencia a la desaceleración en el uso de gas natural en el sector energético, impulsada por la creciente penetración de energías renovables y un saldo récord de importación de electricidad». Pero Monteiro Rosa señala que, a pesar de la reducción en el sector eléctrico, el consumo convencional (industria y otros usos) registró un ligero crecimiento del 2%, el primero tras cuatro años consecutivos de descenso, lo que indica, en su opinión, «cierta estabilización o recuperación de la demanda más allá de la producción de energía».
El analista de XTB, Henrique Tomé, tiene una opinión diferente, señalando que este mercado sigue representando casi el 10 % del consumo y la producción de electricidad del país durante el primer trimestre del año. «Dado que el precio del gas natural se mantiene bajo, tiene sentido utilizarlo para producir electricidad. Sin embargo, Portugal siempre debería intentar utilizar energías alternativas más económicas si lo requiere por dos razones: el coste y el impacto medioambiental», declaró a nuestro periódico.
Un peso que no convence a Paulo Monteiro Rosa, cuando dice que estamos ante la menor producción desde 1979, totalizando 5,1 TWh, pero explica esta tendencia: «La reducción se debió a la mayor disponibilidad de energías renovables y a un saldo récord importador de electricidad (10,5 TWh), que suministró el 20% del consumo».
Peso de importación
El suministro de gas se realizó casi exclusivamente a través de la terminal de GNL de Sines, con una notable dependencia de proveedores como Nigeria (53%) y EE. UU. (41%). Los datos de ERSE indican que, hasta finales de marzo, esta terminal realizó 10 descargas de buques metaneros, una menos que en el mismo período del año anterior, y estas procedieron de tres fuentes, destacando Nigeria (cinco buques metaneros) y EE. UU. (cuatro) como los principales proveedores.
Cabe destacar que Portugal se caracteriza por no tener yacimientos de gas natural, es decir, no hay producción de gas natural en el territorio nacional. El suministro de gas natural al mercado portugués se realiza mediante contratos de compra a largo plazo.
Esto significa que el gas natural llega a Portugal a través de gasoductos o por vía marítima y se almacena en instalaciones específicas que permiten su suministro a las redes de transporte en condiciones seguras. Entre la red de transporte y las instalaciones de consumo, existen redes de distribución que reducen la presión y canalizan los flujos de gas natural hacia los consumidores.
Según el regulador, se descargó un total de 10,9 TWh de GNL, un aumento del 6,4% en comparación con el primer trimestre de 2024, pero explica que las fluctuaciones mensuales del GNL descargado en la terminal reflejan la demanda de gas, influenciada por los patrones estacionales de temperatura y las condiciones climáticas.
Un escenario que lleva al economista del Banco Carregosa a afirmar que la entrada de gas por la interconexión con España «fue prácticamente residual, lo que demuestra una fuerte dependencia de proveedores extracomunitarios y una elevada centralización de las importaciones por vía marítima», añadiendo que «esta configuración convierte a la terminal de Sines en un punto estratégico para la seguridad y diversificación del suministro energético nacional».
Rusia pierde importancia
En cuanto a la dependencia de Rusia en este ámbito, ha ido disminuyendo. «La exposición al gas ruso ha disminuido significativamente, hasta aproximadamente el 4,4 % en 2024», advierte Henrique Tomé.
Aún así, recuerda que el conflicto generó presión sobre los precios globales del gas y volatilidad en los mercados energéticos, “afectando a los costes internos, principalmente para los países de la eurozona con mayor dependencia, como Alemania”.
Paulo Monteiro Rosa, si bien reconoce que nos enfrentamos a un riesgo en relación con el mercado ruso y admite que «la guerra expuso vulnerabilidades», también destaca que Portugal actualmente tiene una baja dependencia del gas ruso. Sin embargo, deja un mensaje: «La fuerte dependencia de las importaciones externas sigue siendo una debilidad estructural, especialmente en contextos de inestabilidad global».
De hecho, la Unión Europea ya ha asegurado que pretende prohibir todas las importaciones de gas natural procedente de Rusia en 2027.
Según los expertos, este objetivo es alcanzable. Sin embargo, según el economista de Banco Carregosa, se requiere un esfuerzo coordinado para lograrlo. «La Unión Europea ya ha reducido significativamente su dependencia del gas ruso y pretende finalizar todos los contratos para 2027. Para lograr este objetivo, será fundamental diversificar los proveedores, fortalecer la infraestructura y superar la resistencia de los países que aún dependen de Rusia».
Henrique Tomé, aunque reconoce que el consumo de gas ruso ha disminuido considerablemente desde el comienzo de la guerra y el final del Nord Stream 2, afirma que este objetivo siempre depende de varios factores, a saber, la capacidad de acelerar la transición energética, las energías renovables y la mejora de las interconexiones energéticas entre los Estados miembros.
¿Qué esperar del próximo Gobierno?
En cuanto a los retos del nuevo gobierno, Paulo Monteiro Rosa destaca la continuación de la transición energética, priorizando la producción de electricidad renovable y la reducción del uso de gas natural. «Los objetivos incluyen alcanzar el 80 % de electricidad renovable para 2025, integrar gases renovables (como el hidrógeno y el biometano) en la red y fortalecer las interconexiones con España y Francia. El objetivo es lograr un sistema más limpio, más estable y menos dependiente de las importaciones», subraya.
Henrique Tomé también recuerda que el Gobierno anterior ya estaba debatiendo el Plan de Acción del Biometano 2024-2040, cuyo principal objetivo era crear un mercado interior para el biometano, centrado en la reconversión de las unidades de biogás existentes y la construcción de nuevas infraestructuras, con vistas a su integración en la Red Pública de Gas Natural. «Se estima que, con la implementación de este plan, Portugal podrá sustituir entre el 9 % y el 10 % del gas natural por biometano para 2030. Este tema podría volver a debatirse, ya que el plan pretende reducir las importaciones de gas natural, estableciendo objetivos ambiciosos (con una sustitución de hasta el 19 %) y promoviendo un enfoque integrado que promete contribuir decisivamente a la transición energética nacional», declara a nuestro periódico.

Jornal Sol