El PIB creció un 1,4% en el primer trimestre, pero la economía enfrentará más desafíos a partir de ahora

La economía brasileña demostró vigor en el primer trimestre de 2025, con el PIB registrando un crecimiento del 1,4% en comparación con los tres últimos meses de 2024 y del 3,5 % en 12 meses, según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). El desempeño positivo fue impulsado principalmente por la fortaleza del sector agroindustrial y la robustez de la demanda interna.
El PIB agrícola creció 12,2% en el primer trimestre respecto al trimestre anterior y 10,2% respecto al mismo periodo de 2024, impulsado por la buena cosecha. Los datos más recientes de la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) indican una cosecha de 332,9 millones de toneladas, un aumento del 11,9% en comparación con la anterior, que se había visto afectada por condiciones climáticas adversas.
La soja se destacó como protagonista en el rubro, con una expansión esperada del 14% en la cosecha de este año. Hasta la tercera semana de mayo, ya se había cosechado el 99,1% de la oleaginosa, según datos de la Conab, quedando sólo pequeñas áreas en Maranhão, Piauí, Santa Catarina y Rio Grande do Sul.
Los servicios experimentaron un ligero crecimiento en el primer trimestre -0,3%-, registrando prácticamente el ritmo del último trimestre de 2024. El desempeño estuvo impulsado por los servicios de información y comunicaciones, que vieron una expansión del 3% en su actividad, y las actividades inmobiliarias, con un 0,8%.
Las perspectivas apuntan a un enfriamiento gradual del PIB brasileño en 2025A pesar del prometedor comienzo impulsado por el agronegocio y los servicios, los analistas proyectan una desaceleración gradual de la actividad económica a lo largo de 2025. El Boletín Foco del Banco Central publicado el lunes (26) indicó que la proyección mediana de crecimiento del PIB para este año es de 2,14%.
Los indicadores de Itaú de abril revelan señales de una desaceleración más pronunciada, especialmente en los sectores de servicios y comercio dependiente del crédito. Factores estacionales, como la extensión de las vacaciones en algunos estados, también pueden haber contribuido a esta tendencia.
El principal factor detrás del enfriamiento de las proyecciones es el efecto rezagado del alza de la tasa de interés, que comenzó en septiembre de 2024. En la última reunión del Comité de Política Monetaria (Copom), hubo un aumento de 0,5 puntos porcentuales, elevando la tasa Selic a 14,75% anual, el nivel más alto desde 2006.
El ciclo de aumento de las tasas de interés puede haber llegado a su fin. Los contratos de opciones negociados en B3 el jueves (29) indicaron una probabilidad del 74% de mantenimiento de la tasa en la próxima reunión del Copom, prevista para el 17 y 18 de junio. Esta expectativa está en línea con las proyecciones medianas de bancos, corredores y consultoras indicadas en el boletín Focus.
Los analistas indican que los primeros recortes en la tasa Selic deberían ocurrir, en el mejor de los casos, en la última reunión del año, en diciembre. Mantener las tasas de interés elevadas tiene como objetivo controlar la inflación y anclar las expectativas que todavía parecen estar fuera del objetivo del 3%.
El mercado laboral sostiene la demanda y ayuda a contener la desaceleración del PIBLos factores internos ayudan a contener la desaceleración económica. Aunque la creación de empleos con contrato formal cayó 4,5% en los primeros cuatro meses respecto al mismo periodo de 2024, según el Registro General de Ocupados y Desempleados (Caged), el desempleo bajó. Después de cuatro meses consecutivos de crecimiento, la tasa cayó al 6,6% en abril, la tasa más baja para ese mes desde el comienzo de la serie histórica en 2012.
Los salarios reales (después de descontada la inflación) registraron un fuerte crecimiento del 6,1% en abril en comparación con el mismo mes de 2024, según el IBGE, marcando el cuarto año consecutivo de mejoras en las remuneraciones.
Las iniciativas gubernamentales, marcadas por el populismo del presidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT), también contribuyen a mantener la actividad en auge. La liberación de los saldos del FGTS y la creación del “nuevo préstamo privado” ejemplifican estas medidas.
El nuevo préstamo, al ampliar la competencia y el universo de trabajadores formales con acceso al crédito, tiende a reducir las tasas de interés y aumentar los plazos promedio de los préstamos personales, un efecto similar al del préstamo original de 2004. XP Investimentos estima que esta medida, al liberar ingresos previamente comprometidos al servicio de la deuda, podría sumar hasta 0,6 puntos porcentuales al crecimiento del PIB entre 2025 y 2026.
El principal efecto de esta dinámica es la dificultad de que la inflación disminuya . El IPCA acumulado en 12 meses alcanzó el 5,53% en abril, el nivel más alto desde 2023. Los economistas de Bradesco proyectan que la reducción solo debería ocurrir a partir de agosto.
Las incertidumbres externas son desafíos para las proyeccionesEl escenario global presenta riesgos para la economía brasileña, especialmente relacionados a las políticas comerciales estadounidenses. A diferencia de la primera administración de Trump, los objetivos de los aranceles ahora abarcan prácticamente todas las economías globales, no solo China, lo que aumenta significativamente la incertidumbre.
Aunque el impacto directo de los aranceles sobre la economía brasileña se considera pequeño –dado el relativo cierre del país al comercio exterior–, los efectos indirectos son relevantes. La desaceleración mundial sincronizada y la volatilidad de los precios de las materias primas constituyen los principales canales de transmisión.
El consenso del mercado apunta a una desaceleración del PIB mundial en 2025 (proyectada en 2,8%, por debajo del promedio histórico de 3,4%), pero sin configurar un escenario recesivo. XP Investimentos destaca que la caída de los precios de materias primas como metales, energía y especialmente petróleo tiende a presionar negativamente la economía brasileña.
El tipo de cambio del dólar refleja la situación mundial, siendo el real influenciado predominantemente por factores externos. El reciente debilitamiento global del dólar estadounidense, combinado con el elevado diferencial de tasas de interés en Brasil, favorece la apreciación de la moneda brasileña.
Sin embargo, hay factores que limitan estas ganancias potenciales: la continuación del "excepcionalismo estadounidense" (un mayor crecimiento en EE.UU.), las incertidumbres fiscales internas y la dinámica desfavorable de las cuentas externas. Las proyecciones para el tipo de cambio al final de 2025 están entre R$ 5,70 y R$ 5,80 por dólar.
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