Hombre deportado injustamente regresa a EE.UU. para enfrentar juicio

Kilmar Ábrego García, de El Salvador, se ha convertido en un símbolo de la política arbitraria de deportación de Trump tras la negativa del gobierno a cumplir las órdenes judiciales de repatriarlo; ahora enfrenta cargos de trata de personas. Un hombre a quien la administración Trump deportó por error a El Salvador fue devuelto a Estados Unidos el viernes (06/06), donde enfrentará cargos por transportar migrantes indocumentados.

Kilmar Abrego García, de 29 años, ha estado en el centro de una disputa legal de gran repercusión por la política de arrestos sumarios y deportaciones de Trump. Su regreso se produce tras meses de resistencia del gobierno estadounidense a cumplir con las órdenes judiciales que exigen la repatriación del inmigrante salvadoreño, quien vivió en Estados Unidos durante 14 años.

En un primer momento, el gobierno reconoció que la deportación fue un error, pero siguió defendiendo la medida, desafiando las órdenes judiciales de facilitar el regreso de Abrego García a Estados Unidos, donde vivía con su esposa y sus tres hijos y trabajaba en la construcción.

Deportación irregular

En marzo de 2025, Abrego García, residente legal del estado de Maryland desde 2019, fue detenido y deportado a El Salvador, a pesar de una orden judicial que prohibía su expulsión debido al riesgo de persecución por parte de pandillas locales.

La deportación se llevó a cabo bajo la justificación de que era miembro de la violenta pandilla MS-13 y había estado involucrado en el tráfico de personas en Estados Unidos, a pesar de que no había pruebas.

El caso ha provocado críticas a la administración Trump por violaciones de los derechos civiles, y organizaciones y sindicatos han condenado la deportación como un grave error.

Bajo presión legal, incluida una orden de la Corte Suprema de Estados Unidos, Abrego García fue repatriado, pero se espera que enfrente cargos federales de trata de personas en Estados Unidos.

El presidente salvadoreño Nayib Bukele inicialmente se resistió al regreso de Ábrego García, pero luego permitió su extradición.

Acusación de trata de personas

Los cargos contra Abrego García recién ahora se están haciendo públicos, casi tres meses después de su deportación y después de reiteradas afirmaciones de la administración Trump de que es un criminal.

Además de ser presuntamente miembro de la MS-13 y contrabandear a miles de personas, está acusado de abusar de las mujeres que transportaba y de participar en el asesinato de la madre de un pandillero en El Salvador, escribieron los fiscales, instando al juez a mantenerlo tras las rejas mientras espera el juicio.

Los cargos se derivan de una detención de la Patrulla de Carreteras de Tennessee en 2022, cuando transportaba a personas que, según él, iban a realizar obras de construcción. Abrego García nunca fue acusado de ningún delito, y los agentes le permitieron seguir conduciendo, con solo una advertencia sobre su licencia vencida.

Este planteamiento fue la base de una orden de arresto contra el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, acusando a Ábrego García de desempeñar un papel clave en el tráfico de inmigrantes al país a cambio de dinero.

A su llegada a El Salvador, fue recluido en el Centro de Internamiento de Terroristas (CECOT), una cárcel de máxima seguridad.

¿Qué pasa ahora?

Se espera que enfrente un juicio en Estados Unidos y, si es declarado culpable, regresará a su país de origen, dijeron el viernes funcionarios estadounidenses.

“Así es como funciona la justicia estadounidense”, dijo la fiscal general Pam Bondi al anunciar el regreso de Abrego García y la publicación de la acusación.

Los abogados de Abrego García consideraron que el caso “no tiene fundamento”.

“No hay manera de que un jurado pueda analizar la evidencia y estar de acuerdo en que este trabajador siderúrgico es el líder de una conspiración internacional de contrabando de la MS-13”, dijo el abogado Simon Sandoval-Moshenberg.

“Este gobierno… en lugar de simplemente admitir su error, no escatimará esfuerzos, ni siquiera los más absurdos, incluyendo algunas de las acusaciones más ridículas imaginables.”

n.f. (AP, ots)