Tierras raras: Por qué la táctica de Haddad contra el aumento de aranceles podría fracasar

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Tierras raras: Por qué la táctica de Haddad contra el aumento de aranceles podría fracasar

Tierras raras: Por qué la táctica de Haddad contra el aumento de aranceles podría fracasar

El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, quiere utilizar minerales críticos en las negociaciones para intentar revertir al menos parcialmente el impacto del aumento arancelario estadounidense que entró en vigor el miércoles (6). Entre ellos se encuentran las llamadas tierras raras , esenciales para tecnologías de vanguardia, coches eléctricos y sistemas de defensa.

La baza de Haddad es que Brasil posee la segunda mayor reserva mundial de estos minerales, solo superada por China. Y Washington busca activamente diversificar sus fuentes de suministro para proteger su industria y su autonomía tecnológica.

En 2020, durante su primer mandato, Donald Trump declaró una emergencia nacional en el sector de minerales críticos, con el objetivo de reducir la dependencia de China. Ya se han alcanzado acuerdos con países como Ucrania e Indonesia para garantizar el acceso a estos recursos. Brasil parece ser una alternativa potencial en este escenario.

El interés estadounidense en los minerales brasileños fue evidente a través de representantes de la Embajada de Estados Unidos en Brasil, incluyendo a Gabriel Escobar, el Encargado de Negocios. Haddad señala un formato de cooperación para las inversiones estadounidenses en la producción de componentes en Brasil, no solo en exploración.

El ministro enfatiza que, dado que Estados Unidos no es rico en estos minerales, los acuerdos de cooperación podrían conducir, por ejemplo, a la producción de baterías más eficientes. Haddad recalca que Brasil es demasiado grande para ser un "satélite de un bloque económico" y necesita diversificar sus socios, aunque no tiene interés en distanciarse de Estados Unidos, un socio comercial centenario.

Analistas entrevistados por Gazeta do Povo destacan que el intento de incluir estos minerales estratégicos en las conversaciones con Washington se ve obstaculizado por una realidad incómoda: sin tecnología de producción y refinación a gran escala, Brasil no es más que una promesa.

"Brasil no tiene el mismo poder de negociación que China [con Estados Unidos]", afirma Mônica Araújo, economista jefe de InvestSmart XP. Mientras que Pekín controla el 70 % de la producción mundial y el 85 % de la refinación de estos minerales, Brasil representa menos del 1 % de la producción mundial, exportando principalmente mineral en bruto de bajo valor añadido.

La disparidad es brutal. En 2018, cuando China amenazó con suspender las ventas de tierras raras a Estados Unidos durante la guerra comercial, el mercado global entró en pánico. El episodio demostró el poder estratégico de estos elementos. Brasil, sin embargo, con sus vastas reservas inexploradas, sigue siendo rehén de su propia incapacidad estructural.

El dominio tecnológico y productivo de China en tierras raras

Más allá de ser una simple promesa, Brasil también es un rehén de China en lo que respecta a las tierras raras. El gigante asiático no solo posee la mayor concentración de reservas del mundo, sino que también es el mayor productor mundial (70% de la producción) y controla más del 85% de la capacidad de refinación mundial, además de poseer la tecnología para extraer y separar estos minerales.

"Este dominio le da a China un poder asimétrico sobre los precios y los contratos de largo plazo en el mercado global", afirma João Alfredo Nygaray, profesor de geopolítica de la Pontificia Universidad Católica de Paraná (PUC-PR).

Otros factores que hacen de Brasil rehén de China son su insignificante producción (menos del 1% de la oferta mundial), la falta de tecnología para separar tierras raras a gran escala, la falta de una cadena de suministro nacional, el frágil entorno institucional y la necesidad de inversión y tiempo para que Brasil se convierta en un actor global relevante.

Abismo entre potencial y realidad: ¿por qué Brasil no despega con las tierras raras?

El profesor de la PUC-PR es categórico: «A pesar de poseer la segunda mayor reserva de tierras raras del mundo, el país no logra convertir este activo en una fuerza de negociación geopolítica». El diagnóstico apunta a profundos problemas estructurales que obstaculizan el avance de Brasil en el sector.

Cuellos de botella internos: regulación, tecnología e inversión

El primer obstáculo es tecnológico. De cada tonelada de mineral extraído, solo alrededor de un kilogramo contiene los minerales verdaderamente valiosos, y Brasil carece de la tecnología para separarlos y refinarlos. El mineral refinado puede valer hasta 20 veces más que el mineral en bruto, pero esta lucrativa etapa sigue concentrada en China, Estados Unidos y Europa.

"Sin control sobre la refinación, Brasil se ve obligado a exportar a centros tecnológicos que concentran las etapas más rentables", explica Nygaray.

El inestable entorno regulatorio agrava la situación. Las normas de licencias mineras y ambientales cambian constantemente, ahuyentando a los inversores que necesitan previsibilidad para proyectos a largo plazo. Las disputas territoriales y la falta de un marco legal consistente agravan la incertidumbre jurídica que paraliza las inversiones multimillonarias que necesita el sector.

La infraestructura deficiente y la falta de un mapeo geológico adecuado (solo se ha evaluado el 27% del territorio del país) constituyen barreras adicionales. El Plan Nacional de Tierras Raras prevé completar el mapeo solo para 2034, una fecha límite incompatible con la urgencia geopolítica actual.

El juego de ajedrez geopolítico: Brasil bajo presión entre EE.UU. y China

La subordinación de Brasil al mercado chino es casi total. Para 2024, Pekín había absorbido prácticamente la totalidad de las exportaciones brasileñas de tierras raras, lo que generó una dependencia que socava cualquier intento de diversificación comercial. Esta realidad coloca al país en una posición delicada en el juego de ajedrez geopolítico entre Estados Unidos y China.

Washington considera a Brasil como un "proveedor directamente integrado en la cadena de suministro china", una percepción que podría acarrear graves consecuencias diplomáticas y comerciales. Si Estados Unidos endurece las sanciones contra los países que aumentan la dependencia de Pekín de minerales críticos, Brasil podría convertirse en blanco de presiones y restricciones.

La situación se complica por las erráticas políticas arancelarias de Donald Trump. «En geopolítica, no hay vacío de poder», advierte Nygaray. Los aranceles impuestos por el republicano terminan dejando a países como Brasil bajo el control de China. El ejemplo del café es ilustrativo: tras los aranceles estadounidenses, Pekín autorizó a 183 empresas brasileñas a exportar el producto, ampliando así su influencia en el sector agroindustrial del país.

Un futuro prometedor pero lejano para las tierras raras

La transformación del potencial de Brasil en una realidad productiva no será rápida. La producción actual, de tan solo 20 toneladas anuales, podría alcanzar las 5.000 toneladas para 2028, gracias a proyectos en Goiás y Minas Gerais. Para 2035, Brasil podría alcanzar entre el 5 % y el 10 % del suministro mundial, aún sin capacidad de refinación propia.

"Es como la capa presal", compara Mônica Araújo de InvestSmart XP. "El cambio de estatus tardó casi diez años tras el descubrimiento, pero generó importantes volúmenes de inversión y una participación brasileña diferenciada en el mercado global". Para las tierras raras, el analista proyecta un plazo similar: entre cinco y diez años para cambios significativos en la posición de Brasil.

Proyectos e inversiones multimillonarias en marcha

A pesar de los desafíos, el panorama es prometedor y está atrayendo importantes inversiones. Un estudio de UBS Global Wealth Management señala tres importantes proyectos mineros en análisis: dos en Poços de Caldas, Minas Gerais, y uno en Minaçu, Goiás, que se espera reciban más de R$3 mil millones en inversiones. En cuanto al litio, el Ministerio de Minas y Energía (MME) estima inversiones de hasta R$15 mil millones para 2030.

La entrada en operación de nuevos proyectos, como la mina Serra Verde en Minaçu (GO), ya se refleja en el aumento de las exportaciones de tierras raras en 2024. El MME espera que Brasil amplíe significativamente su producción y exportación de compuestos de tierras raras en los próximos años, impulsado por sólidos activos geológicos, avances tecnológicos y un entorno regulatorio estable.

Para superar el alto riesgo de la investigación mineral y la dependencia del capital extranjero, BNDES, en asociación con Vale, anunció la creación de un fondo para financiar proyectos de investigación, desarrollo, implementación u operación que involucren minerales estratégicos, con aportes que podrán llegar a R$ 2 mil millones.

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