Francisco Cuoco fue una pieza clave en la consolidación del éxito de Globo -y de las telenovelas-.

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Francisco Cuoco fue una pieza clave en la consolidación del éxito de Globo -y de las telenovelas-.

Francisco Cuoco fue una pieza clave en la consolidación del éxito de Globo -y de las telenovelas-.

Francisco Cuoco como el personaje Carlão, de la telenovela Pecado Capital, de 1975, escrita por Janete Clair
Foto: Divulgación

El actor Francisco Cuoco, fallecido este jueves 19 a los 91 años, fue una de las figuras clave en la consolidación de Globo, en la década de 1970, como emisora ​​nacional y líder de audiencia. Junto a colegas como Tarcísio Meira, Glória Menezes, Regina Duarte y Beth Faria, conquistó al público convirtiéndose en un galán de las telenovelas, un programa que se convirtió en una pasión nacional.

Fue una apuesta segura por parte de Globo, consciente de la admiración del público por las radionovelas: solo tenían que mantener los guiones con altibajos y, sobre todo, darles cuerpo a esas voces. Pero la combinación solo funcionó gracias al excepcional talento de Janete Clair, la mayor figura de la televisión brasileña.

Supo captar la atención del público durante más de 300 episodios, pero contaba con un elenco capaz de crear ese encanto. Y Cuoco fue uno de sus principales agentes.

No era un actor excelente; no tenía, por ejemplo, la sofisticación de Lima Duarte. Pero Janete sabía que Cuoco tenía el perfil ideal del hombre común, aquel con el que la gran mayoría podía identificarse fácilmente.

Así, creó al personaje Carlão, el taxista de Pecado Capital (1975-76) que descubre una maleta llena de dinero dejada por unos ladrones en su vehículo. Seducido por la posibilidad de enriquecerse fácilmente, lo que podría atraer la atención de su amada Lucinha (Beth Faria), no devuelve el dinero. El público apreciaba a quienes luchaban por el amor, sin importar los medios.

A pesar de haber cometido un delito, Carlão se ganó el apoyo del público gracias al perfil que Janete creó basándose en las cualidades artísticas de Cuoco. Carlão solo tuvo que morir en el último capítulo porque la sociedad brasileña aún no creía que el crimen fuera rentable.

Francisco Cuoco y su perrito
Francisco Cuoco y su perrito
Foto: Reproducción/franciscocuocoreal/Instagram

Otra exitosa colaboración entre Janete y Cuoco fue El Astro (1977). El actor interpreta a Herculano Quintanilha, un sinvergüenza que se gana la vida como falso ilusionista; termina la telenovela como asesor de un país dictatorial en Centroamérica.

Una vez más, Janete hace uso de un simpático canalla cuyo carisma sólo podría existir gracias a los gestos de Francisco Cuoco.

Vistas hoy, sus escenas parecen algo exageradas, casi caricaturizadas. Pero en la década de 1970, en medio del milagro económico promovido por el gobierno militar, el público quedó fascinado por personajes que, aunque corruptos y equivocados, eran demasiado humanos. Y Cuoco reinaba con autoridad.

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