¿Tulip Siddiq es un espectador inocente o un beneficiario de una gran corrupción?

¿Un beneficiario de la gran corrupción de un régimen represivo? ¿O un inocente transeúnte atrapado en el fuego cruzado político de un país a ocho mil kilómetros de distancia?
Éstas son las preguntas que están en el centro de una extraordinaria discusión que se ha estado desarrollando durante meses entre la diputada laborista Tulip Siddiq y las autoridades de Bangladesh .
La clave para entender esta intrincada historia es comprender tanto la historia reciente de Bangladesh como el modo en que la familia de la Sra. Siddiq está entretejida en ella.
La política del país dio un vuelco en agosto pasado después de que semanas de protestas mortales desencadenaran el derrocamiento de la veterana primera ministra Sheikh Hasina y su régimen de la Liga Awami.
A partir de allí, tomó el poder un gobierno temporal encabezado por un líder interino -o "asesor principal"-, el economista ganador del Premio Nobel, profesor Muhammad Yunus.
Se comprometió a iniciar procedimientos legales para investigar los crímenes y abusos de los derechos humanos presuntamente cometidos bajo el régimen anterior y recuperar la riqueza que supuestamente había sido sacada del país.
En marzo, mi colega Cordelia Lynch informó sobre cámaras de tortura supuestamente dirigidas por el gobierno derrocado y habló con el líder interino, quien fue claro sobre dónde estaba la culpa.
"Todos participaron", dijo. "Todo el gobierno participó".
Se comprometió a tomar medidas contra Sheikh Hasina y sus allegados.
Aquí es donde la Sra. Siddiq entra en la historia.
Además de ser sobrina del ex primer ministro, también es nieta de Sheikh Mujibur Rahman, el presidente fundador del Bangladesh moderno.
La madre de Tulip Siddiq, Sheikh Rehana, también ha estado íntimamente involucrada en la política de Bangladesh y, según se informa, estuvo al lado de su hermana Sheikh Hasina cuando huyó de Dhaka y renunció en agosto pasado.
Por lo tanto, no se trata de vínculos tangenciales ni sueltos.
Y esto, en cierta medida, explica por qué las autoridades de Bangladesh atacan con tanta vehemencia al diputado laborista .
En resumen, la ven como parte de un establishment que, según creen, saqueó y abusó de Bangladesh durante dos décadas.
¿Se trata entonces de una culpabilidad política por asociación —en otras palabras, una "venganza", como lo expresa Tulip Siddiq— o hay fundamento en alguna de las acusaciones?
Algunas de las afirmaciones ciertamente resultan poco creíbles y parecen de naturaleza muy política.

Por ejemplo, las historias sobre cómo ella se benefició de miles de millones de libras desviadas de un acuerdo nuclear con Rusia parecen haber emanado de un sitio web estadounidense de aspecto dudoso que también utilizó una imagen de Siddiq generada por inteligencia artificial para acompañar su "informe".
Las acusaciones se difundieron después de que un oponente político de Sheikh Hasina en Bangladesh presentó una demanda judicial a raíz de ellas, lo que permitió a los principales medios de comunicación del Reino Unido informar sobre la historia de forma segura.
Otras acusaciones en torno a la asignación de tierras son potencialmente más plausibles, pero hasta el momento no ha surgido ninguna evidencia sólida que respalde las afirmaciones.
Leer más: ¿A qué acusaciones se enfrenta Tulip Siddiq? «Mis abogados están listos para responder preguntas».
Aunque hay algunas partes de esta historia que parecen más complicadas para la Sra. Siddiq.
La documentación de la propiedad muestra vínculos entre ella y asociados de la Liga Awami.
Las autoridades bangladesíes sostienen que esto significa que el diputado laborista puede haberse beneficiado, incluso sin saberlo, de una riqueza extraída corruptamente del país y utilizada para comprar pisos y casas en el Reino Unido.
La Sra. Siddiq dice que el asesor ético del número 10 ha analizado esto y ha determinado que está en orden.

La información proporcionada por fuentes cercanas al diputado también sugiere una defensa según la cual estos vínculos de propiedad surgieron de relaciones familiares regulares y no de algo de naturaleza más política o financiera.
Pero una foto de Siddiq en el Kremlin con su tía en 2013, así como el hecho de que agradeciera a los partidarios de la Liga Awami después de su elección en 2015, sugieren un contexto más político.
Dicho esto, desenredar la política y la familia cuando uno desciende de una antigua realeza política y se postula como diputado en una ciudad con una gran comunidad asiática puede ser más fácil de decir que de hacer.
La investigación del Número 10 sugirió que ella debería haber sido más consciente del posible daño a la reputación causado por estas conexiones.
Así que esta es una saga influenciada más por la política bangladesí que por la británica.
Un país que intenta afrontar su pasado y prepararse para el futuro, pero que en el proceso produce efectos secundarios que están llegando a estas costas.
Sky News