La violencia actual y la situación caótica en Siria juegan a favor de la milicia terrorista EI.

El ejército estadounidense afirma haber abatido a un alto líder del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en Siria. Además de Dhija Sauba Musli al-Hardani, sus dos hijos, también pertenecientes al EI, fueron asesinados en la zona de Alepo, según el Comando Central de Estados Unidos. Representaban una amenaza para las tropas y aliados estadounidenses, así como para el nuevo gobierno sirio del presidente Ahmed al-Sharaa.

Alrededor de 2.000 soldados estadounidenses están estacionados en Siria, principalmente para combatir al ISIS. En los últimos años, el ejército estadounidense ha llevado a cabo repetidos ataques aéreos allí o ha abatido a miembros de alto rango del ISIS durante operaciones terrestres.

El EI controlaba extensas zonas en Siria y el vecino Irak. Aunque se considera derrotado militarmente, se estima que 2.500 combatientes del EI siguen activos en ambos países. Se ubican principalmente en zonas escasamente pobladas y se aprovechan de la persistente inseguridad y, en ocasiones, la situación caótica que reina en Siria desde el derrocamiento del gobernante Bashar al-Assad.

Hubo informes contradictorios sobre hasta qué punto el ejército estadounidense coordinó la operación con el nuevo gobierno de Damasco, que controla la ciudad de Al-Bab en la zona de Alepo, donde tuvo lugar la operación.

El EI promueve una ideología extremista y rechaza al nuevo gobierno de Damasco, en parte debido a su acercamiento a Turquía y Occidente. Según el EI, la promesa de Al-Sharaa de establecer estructuras democráticas representa una desviación del principio de la ley islámica (Sharia) y una apostasía.