Los Indiana Pacers jugarán contra Oklahoma City Thunder la final de la NBA

La final de la NBA está servida. Oklahoma City Thunder y los Indiana Pacers se enfrentarán desde el miércoles en busca del trofeo Larry O’Brien, del anillo de campeones y de la gloria. Ni en Oklahoma City ni en Indianápolis han celebrado nunca un título. El campeón de la NBA será el séptimo diferente en siete años, prueba de la igualdad entre los equipos de élite de la mejor liga de baloncesto del mundo. Los Thunder parten como claros favoritos en lo que será en gran medida un duelo entre dos bases iluminados, el canadiense Shai Gilgeous-Alexander, mejor jugador de la temporada regular, y Tyrese Haliburton, el líder indiscutible de loa Pacers.
Los Knicks intentaron sin éxito este sábado en Indianápolis forzar el séptimo partido en la igualada final de la Conferencia Este. Arropados por su público, con Andrew Nembhard convertido en la sombra de Jalen Brunson, un contraataque letal y Haliburton y Pascal Siakam al mando del ataque, los Pacers no dejaron escapar la ocasión de sentenciar en Indianápolis (125-108) tras su derrota del jueves en el Madison Square Garden.
Pascal Siakam recibió el premio Larry Bird al mejor jugador (MVP) de la final del Este. Ha sido el máximo anotador del equipo, aunque Haliburton hizo tantos méritos como él para haberse llevado la distinción. Siakam ya fue campéon con los Toronto Raptors y su talento es indiscutible, aunque no siempre se le haya reconocido.
Los Pacers llegan a su primera final en 25 años y la segunda de su historia. En 2000 también se impusieron a los Knicks en la final del Este en seis partidos. Después, el equipo de Reggie Miller, Jalen Rode y Rik Smits, entrenado por Larry Bird, sucumbió entonces en seis partidos en la final contra los Lakers del imparable Shaquille O’Neal y el entonces joven Kobe Bryant.
Oklahoma City Thunder jugó su última final en 2012, cuando cayó derrotado ante los Miami Heat de LeBron James. Antes, fue derrotado por los Chicago Bulls de Michael Jordan. El equipo es sucesor de los Seattle SuperSonics. Antes del escandaloso traslado de la franquicia a Oklahoma City, jugaron dos finales consecutivas contra los entonces Washington Bullets. Perdieron la de 1978 y ganaron la de 1979. El trofeo de los SuperSonics está en las vitrinas de los Thunder, algo que en Seattle no perdonan.
Los Thunder parten como favoritos claros en las apuestas. En la temporada regular ganaron a los Pacers las dos veces que se enfrentaron. Cuentan además con ventaja de campo, pues lograron 68 victorias en la temporada regular por 50 de sus rivales.
El gran reto de Indiana será frenar a Shai Gilgeous-Alexander, que promedió 32,7 puntos en la temporada regular; 29,8 en la postemporada y 31,4 en la final del Oeste. Logró más de 30 puntos en las cuatro victorias de los Thunder frente a los Minnesota Timberwolves. Los Thunder solo perdieron el día que SGA pinchó.
Cabe esperar un marcaje agresivo de Andrew Nembhard o Aaron Nesmith sobre el base canadiense, pero los Thunder tienen más recursos, incluidos dos hombres altos poderosos (Chet Holmgren y Isaiah Hartenstein), un escudero eficaz (Jalen Williams) y un suplente de lujo (Alex Caruso, muy agresivo en defensa).
Marcaje a BrunsonEl partido decisivo de la final del Este se decantó en el tercer cuarto. Durante toda la primera mitad, la igualdad fue máxima. En el primer cuarto, la diferencia no pasó en ningún momento de los cinco puntos, primero para los Knicks, luego para los Pacers, para acabar con un 25-24. En el segundo, los Pacers se mantuvieron siempre por delante, pero la mayor ventaja que lograron fue de seis puntos, justo antes de que una canasta sobre la bocina de OG Anunoby para los Knicks hiciese que los dos equipos se fueran al descanso con un 58-54 a favor de los locales y el partido completamente abierto.
Rick Carlisle encargó a Andrew Nembhard que se pegase como una lapa a Jalen Brunson, que se fue al vestuario algo frustrado, con solo 10 puntos en una serie de 4 de 10 tiros de campo en la primera mitad y tres balones perdidos. Como Karl-Anthony Towns tampoco estaba fino (ocho puntos hasta el descanso en tres tiros de 10 intentos, incluidos tres triples fallados), tuvieron que ser OG Anunoby (14 puntos) y Mikal Bridges (11) los que mantuvieran vivos a los Knicks,
Haliburton también estaba bajo presión, pero su estilo de juego es muy diferente. Mientras que a Brunson le gusta botar y botar, el base de Indiana suelta el balón lo antes posible. Hasta el descanso solo había sumado ocho puntos, pero había repartido seis asistencias. Además, encadenó un mate y un tapón que levantaron su ánimo. Por parte de los Pacers, era Pascal Siakam una vez más el que sumaba más puntos (16 hasta el descanso, en una serie de 5 de 8 tiros de campo, incluidos dos triples en dos intentos).
Los Pacers tenían más movilidad ofensiva, mejor selección de tiro, mayor porcentaje de acierto en los triples y menos pérdidas de balón, pero los Knicks lo compensaban con su claro dominio del rebote.
Un triple de Siakam, otro de Aaron Nesmith y una canasta con tiro adicional de Siakam a la vuelta del descanso sirvieron para abrir brecha (67-54). Puntuando de tres en tres, los Pacers tomaron una ventaja de 15 puntos (78-63), ante la que reaccionaron los Knicks con un parcial de 0-8, que tuvo su réplica inmediata en un 9-0 por parte de Indiana. Los intercambios posteriores no cambiaron la dinámica. Los Pacers se plantaron en el último cuarto con una ventaja de 15 puntos con la que empezaban a saborear la final.
Indiana no perdonó. Con los triples y los contraataques como armas en ataque y el marcaje a Brunson en defensa, abortaron el atisbo de reacción de Brunson y Towns. Cuando el entrenador de los neoyorquinos pidió tiempo muerto con 113-94 a falta de 4:20 minutos, los jugadores de Indiana se fueron al banquillo con cara de celebración. Solo un milagro podía apartarles de su primera final en un cuarto de siglo. No sucedió.
Haliburton logró 21 puntos, 13 asistencias y 6 rebotes, mientras que Siakam sumó 31 puntos y Obi Toppin, 18 saliendo desde el banquillo. La mayor aportación de los suplentes de Indiana ha sido una de las claves de la exigente final, con un partido cada dos días. Por parte de los Knicks, OG Anunoby fue el máximo encestador, con 24 puntos. Towns sumó 22 puntos y 14 rebotes, mientras que Brunson, con 19, se quedó por debajo de los 20 puntos por primera vez en los seis partidos de la final.
EL PAÍS