Israel intercepta la Flotilla de la Libertad que se dirigía en barco a Gaza con ayuda

El barco Madleen con la Flotilla de la Libertad a bordo y un simbólico cargamento de ayuda humanitaria para la franja de Gaza ha sido interceptado en la madrugada de este lunes por el ejército israelí. “Estamos siendo atacados. Se está cometiendo un crimen de guerra” afirmó el activista brasileño Thiago Ávila en a través de sus redes sociales en torno a la medianoche. El Ministerio de Exteriores israelí ha informado con un mensaje en X de que la joven sueca Greta Thunberg, que forma parte de la flotilla, está “sana y salva” y de camino a Israel. El tuit va acompañado de una foto de Thunberg en la que un militar le ofrece un bollo.
Varios de los 12 activistas que viajaban en el Madleen han logrado compartir vídeos y mensajes breves del momento en el que denuncian haber sido “secuestrados” por las fuerzas israelíes. Ávila ha subrayado que, al encontrarse en aguas internacionales, Israel ha cometido un crimen de guerra con esta operación. También al impedir la legítima llegada de ayuda humanitaria a la Franja.
La eurodiputada francopalestina Rima Hassan ha compartido cada hora un mensaje en X para que quedase constancia de cuándo perdían la comunicación por la intervención israelí. “En cuanto dejen de tener noticias nuestras, significará que internet ha sido cortado y que Israel se prepara para atacarnos. Esto les dará una mejor idea del momento”, ha explicado. El primero fue a las 23.12 del domingo, hora local (las 22.12 en la España peninsular), y el tercero y último a la 1.12 del lunes.
Poco después, Hassan ha publicado una última imagen de la cubierta del barco con manchas como de pintura. “Un dron sobre nosotros ha lanzado un líquido blanco”, ha informado en X. La radio había dejado de funcionar por “interferencias” intencionadas, de tal modo que ya no podían solicitar auxilio a otra embarcación.
El ministro de Defensa, Israel Katz ha felicitado a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) por su “rápida y segura captura de la flotilla Madleen para evitar que rompan el bloqueo y lleguen a las costas de Gaza”.
Según informa el comunicado de Katz, este ha ordenado a sus efectivos “mostrar a los pasajeros el vídeo de los horrores de la masacre del 7 de octubre cuando lleguen al puerto de Ashdod”. Y ha vuelto a arremeter, como en la víspera, contra la activista sueca: “Es apropiado que la antisemita Greta y sus compañeros partidarios de Hamás vean exactamente quién es la organización terrorista a la que vinieron a apoyar y para quién trabajan”.
Por su parte, Hamás ha condenado la intercepción del barco y ha calificado la operación de “terrorismo de Estado” y de “flagrante ataque a la conciencia humana”. Los voluntarios, ha defendido, pretendían “romper el asedio y exponer el crimen del hambre”. El intento de la Flotilla de la Libertad de llevar ayuda a Gaza significa, según ha escrito el grupo islamista en sus canales de difusión, que “Gaza no está sola”.
En la tarde del domingo, cuando el barco se encontraba a menos de 300 kilómetros de la costa de la Franja palestina, Katz ya advirtió de que había dado instrucciones a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) para que actuasen para impedir que “la flotilla del odio” llegase a las costas de Gaza. “Y para que adopten todas las medidas necesarias para ese fin. A la antisemita Greta y a sus compañeros portavoces de propaganda de Hamás, les digo claramente: deben regresar, porque no llegarán a Gaza”, agregó.

En previsión de la interceptación del barco por parte de las fuerzas israelíes, como finalmente se ha producido, los activistas habían preparado una serie de vídeos en los que dicen sus nombres y sus nacionalidades, con el pasaporte en mano como prueba, incluido el voluntario español Sergio Toribio. Y piden a sus respectivos gobiernos que intervengan. También solicitan a la ciudadanía que haga presión a través de distintos canales para que los líderes de sus países tomen medidas contra Israel.
En este sentido, la coalición de la Flotilla de la Libertad recuerda además que el Madleen es un barco civil con bandera del Reino Unido y que este “tiene la obligación legal de proteger su barco y a los civiles a bordo de la intervención israelí”. Un llamamiento similar ha lanzado la relatora de la ONU sobre Palestina, Francesca Albanese: “El Gobierno del Reino Unido debe pedir urgentemente una aclaración completa y asegurar la liberación inmediata del barco y su tripulación”. Y ha solicitado que se permita al barco continuar “su legítima misión humanitaria”.
La Flotilla de la Libertad fue creada en 2010 como una coalición pacífica en solidaridad con el pueblo palestino. Siempre con el propósito humanitario de llevar ayuda a Gaza cuando Israel ha bloqueado el acceso. Ese año, un convoy que llevaba 10.000 toneladas de ayuda a la Franja, formado por seis barcos con 750 personas, también fue interceptado por las fuerzas israelíes, con un fatal desenlace: 10 personas murieron y una veintena resultaron heridas en aquella intervención militar a finales de mayo.
En esta ocasión, el objetivo de la Flotilla de la Libertad era llevar una cantidad simbólica de alimentos para la hambrienta población de Gaza, principalmente arroz y leche de fórmula. Pero sobre todo, su periplo representaba un intento simbólico de “abrir un corredor humanitario” después de meses de bloqueo y obstrucción a la entrada de bienes.
Israel impide la llegada fluida de ayuda humanitaria a la Franja desde el 2 de marzo, cuando el Gobierno de Benjamín Netanyahu impuso un bloqueo total que se prolongó más de 80 días. La crisis de hambre y escasez era tan grave, con toda la población del territorio (2,1 millones de personas, casi la mitad niños) en serio riesgo por falta de alimentos, que las autoridades israelíes abrieron la puerta a la entrada de un número limitado de camiones.
Sin embargo, la cantidad es insuficiente, según ha denunciado reiteradamente la ONU. Las fuerzas israelíes apenas permiten el acceso a 100 camiones con suministros, pese a que las organizaciones estiman que se necesitan entre 500 o 600 de estos vehículos cada día para satisfacer las necesidades básicas de la población.
La distribución militarizada al margen de la ONU de lotes de comida por parte de la Fundación Humanitaria de Gaza (FHG), respaldada por Israel y Estados Unidos, no cubre las carencias alimentarias de los gazatíes, no ofrece unas condiciones de seguridad aceptables ―más de 100 personas han muerto tiroteadas cuando acudían a los puntos de reparto de la FHG― y, por tanto, no cumple con los principios humanitarios fundamentales, según las ONG y la ONU.
EL PAÍS