‘La obra del mar’: cuando la playa se convierte en escenario


Al verla por las playas de Málaga es difícil no fijarse en ella. Desde muy temprano, Alessandra García camina por el litoral embutida en un llamativo vestido rojo y una cámara GoPro sujeta a la altura del pecho. Mientras ella pasea despacio, hay quien piensa que vuelve de un after o que forma parte del equipo de Google Maps. Cada día realiza una etapa de 18 kilómetros, que registra y publica en la aplicación Strava, enfocada a deportistas. Pero no es ningún reto deportivo, se trata de La obra del mar, un proyecto artístico que durará todo este mes y con el que esta malagueña de 41 años quiere reivindicar la cultura mediterránea, rendir culto al mar y celebrar los rituales de un lugar, la playa, que no entiende de clases sociales. “Es uno de los pocos sitios que nos quedan que son gratis y no están atravesados del todo por el capitalismo”, señala García, que tras los primeros días se muestra efusiva con la experiencia. También cansada. “Estoy tiesa”, decía el lunes 4 entre risas y bostezos.
La obra del mar parece una locura porque implica todo un mes. Más aún con las altas temperaturas y porque ha elegido los días en los que más personas están de vacaciones. “Pero hay muchas familias, como la mía, que se dedican al turismo, los hoteles y la hostelería, para quienes este es el momento en el que más se trabaja de todo el año”, relataba García a EL PAÍS, más tranquila, días antes de poner en acción un proyecto que llevaba rumiando más de una década, y que ha sido posible gracias a una llamada inesperada. Fue en 2022, cuando una tarde su móvil empezó a sonar y en la pantalla se podía ver un nombre que no esperaba: Antonio Banderas. Se habían conocido poco antes, con motivo de los premios Max que ambos recibieron ese año y el actor la llamó porque quería producirle su próximo trabajo. “Tengo una idea loca”, respondió ella. Él se rio, escuchó y aceptó. “Me contó el proyecto y quise participar por tratarse de una idea tan novedosa. Me gusta creer en gente de mi tierra, personas que valen tanto como Alessandra, con gran iniciativa”, señala Banderas, productor de este proyecto junto a la artista Violeta Niebla.
Aquella conversación fue el primer paso de esta acción, que arrancó el 1 de agosto en Manilva y que se desarrollará, casi sin descanso, hasta el último día del mes. Además de caminatas por el litoral malagueño, incluye la convivencia con familias locales y performances con el público como protagonista. “La idea es contar un día entero en la playa, pero a lo largo de un mes”, dice la artista. Desde poner la sombrilla a dar un paseo por la orilla o protegerse del sol. La obra pivota entre sus papeles como gestora cultural, dramaturga, directora, actriz y performer. Este será el primer año, pero no el último, de este trabajo: se ha marcado el objetivo de repetirlo cada agosto desde distintas ciudades del Mediterráneo. “Es muy loco y me he venido muy arriba, pero llevo tiempo queriendo hacer algo que me ocupe la vida entera”, subraya. Cada invierno, todos sus materiales —del vestuario a las fotografías o entrevistas en formato podcast— se podrán ver y escuchar en el Museo y Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (MuCAC).
‘Sal del agua’Entre otras acciones, tiene prevista una titulada Sal del agua, que se inspira en esa frase tan pronunciada por las madres a sus hijos durante el verano en la playa. ¿En qué consiste? Pretende estar, desde que salga el sol hasta que se ponga, dentro del mar. Será este sábado, 16 de agosto, y buscará opciones para trasladarse por la costa, ya sea en colchoneta, moto de agua, tabla de pádel surf o lo que surja. Entrará en Playa Virginia (El Palo) y saldrá en Benalmádena, más de 20 kilómetros al oeste, donde su madre la esperará con una toalla. Su familia también será esencial en la siguiente performance, el 23 de agosto en Playamar (Torremolinos), donde se enterrarán bajo la arena, como muchos niños y niñas hacen cada verano para jugar.
Antes de eso habrá comenzado el último tramo del proyecto, El ritual. Se celebrará en la playa de La Misericordia, al oeste de Málaga, entre el martes 19 y el viernes 22, e incluye la participación del público. Serán 40 personas —que deberán adquirir su entrada— quienes se convertirán en protagonistas nada más adentrarse en la playa. Seguirán las indicaciones de García para ejecutar una coreografía playera que incluirá echar la toalla, poner la sombrilla, untarse crema solar o mojarse las muñecas y la nuca antes de entrar en el agua, como recomendaba la tradición. Entre medias, los bailarines Laura Morales y Alberto Velasco interpretarán una pieza.
La guinda la pondrá El verismo es esto, actuación durante cinco días —del 27 al 31 de agosto, con un aforo también de 40 personas— en la que la artista, con la participación de distintos colectivos sociales, pronunciará una declaración de amor al mar y le pedirá “permiso” para que le deje “hacer esto durante el resto” de su vida.
García apunta que a lo largo del mes cualquiera puede disfrutar de sus performances a través de sus redes sociales y de las plataformas donde va publicando sus rutas diarias, además de las entrevistas a las familias con las que se alojó los primeros días entre Manilva y Nerja.
EL PAÍS