Las Ventas celebra el día del Patrón con claveles, chulapos, Almeida y lluvia

Chulapos y claveles se veían por los alrededores de Las Ventas. El cielo azul parecía alejar la tarde pasada por agua que se vivió ayer desde el tendido de la plaza. El sol hacía que salieran brillitos del chispeante, que Alejandro Chicharro estrenaba con motivo de su confirmación, mientras niños con sus gorras y pañuelos le pedían fotos.

Lo mismo ocurría mientras el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, entraba por el patio de arrastre de la Monumental. Esta mañana hizo entrega a Plaza 1 de Medalla de Madrid por el fomento de la Cultura e impulso a la economía, y ahora llegaba a disfrutar de una de las corridas más madrileñas del año. Santiago Abascal disfrutaba desde el callejón de un gran ambiente, con los tendidos casi llenos.

Ni la decepcionante corrida hizo que la afición abandonara los tendidos. Sólo pudo una inesperada nube que empezó a caer bien en el sexto. No estaba la tarde hecha para el confirmante, que vio como muchos espectadores huían por el agua, mientras intentaba sacar partido a su segundo oponente. «Creo que el aficionado ha podido ver mi intención de querer y querer», dijo al micrófono de Telemadrid tras pasaportar al primero. El «¡Pum! Petardo» llegó poco después como resumen de una tarde que los mayores aplausos se los llevó la banda de música, que normalmente pasa desapercibida, pero que hoy interpretó el famoso chotis Madrid tras el cuarto toro, y casi todos escucharon y tararearon.

Otra gran ovación se llevó Iván García tras parear al último, y pocas más ovaciones cerradas se escucharon en la tarde. También se llevó una el segundo toro, del que Ureña alabó sus virtudes en el micrófono de David Jaramillo: «El toro ha tenido posibilidades, sobre todo ha tenido mucha nobleza. Luego ya él se ha afligido un poco. Ha tenido cosas muy bonitas, le doy la enhorabuena al ganadero, porque he podido mostrar lo que yo soy».

Poco después pasó la lluvia, y terminó la corrida del Patrón, que merecía algo más. Ya llegarán tardes mejores para honrarle. De salida, Sergio Aguilar felicitaba a su antiguo alumno Jarocho por la corrida que matará en Santander, en la que el burgalés, maltratado en los despachos, está anunciado con victorinos, compartiendo cartel con El Cid y Roca Rey. Sonreía contento el chaval porque el cartel no puede tener mayor categoría, aunque sabe que lidiar una de Victorino siempre es una responsabilidad mayor, pero puede ser el momento de dar un golpe importante sobre la mesa, y se abra paso, al fin, a los jóvenes que se lo ganan y tienen condiciones para ser alguien en esto.