Dos colegios colombianos, nominados al premio a la mejor escuela del mundo: ¿cuáles son?

Dos colegios colombianos fueron anunciadas como finalistas dentro del Top 10 de los World’s Best School Prizes 2025, el premio a los mejores colegios del mundo, entregado por la organización T4 Education.

El objetivo de la distinción, que es una de las más prestigiosas internacionalmente, es resaltar a los mejores colegios del mundo en diferentes categorías.

Los colegios del país destacados en ese reconocimiento son el Instituto de Ciencias Agroindustriales y del Medio Ambiente (ICAM), ubicada en el municipio de Ubaté (Cundinamarca), y la Institución Educativa José Asunción Silva, situada en Medellín (Antioquia).

Las categorías de los premios son Colaboración con la Comunidad, Acción Ambiental, Innovación, Superación de la Adversidad y Promoción de Vidas Saludables.

Los ganadores serán seleccionados por un jurado de expertos. Además, las 50 escuelas finalistas de los cinco premios participarán en una instancia de voto público, que se abre hoy, para determinar la ganadora del Community Choice Award. Los seis ganadores serán anunciados en octubre. Todos pueden votar en: https://vote.worldsbestschool.org/

Tanto los ganadores como los finalistas de los premios serán invitados a la conferencia anual de T4 Education, el World Schools Summit, en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, el 15 y 16 de noviembre, donde compartirán sus prácticas, conocimientos y experiencias con pares de todo el mundo así como también responsables de políticas públicas y figuras líderes en temas de educación.

Vale recordar que no es la primera vez que las instituciones colombianas destacan en este premio. En 2023, la Institución Educativa Montessori sede San Francisco en Pitalita, Huila, resultó ganadora del premio en la categoría de Acción Ambiental.

El Instituto de Ciencias Agroindustriales y del Medio Ambiente (ICAM), una institución educativa de gestión privada de nivel primario y secundario ubicada en Villa de San Diego de Ubaté, Cundinamarca, fue seleccionado como finalista al World’s Best School Prize for Environmental Action por su innovador enfoque que convierte a la escuela en un verdadero laboratorio a cielo abierto, empoderando a estudiantes de contextos socioeconómicos vulnerables para que se conviertan en líderes activos frente al cambio climático dentro de su comunidad.

Ubicado en una región históricamente afectada por la degradación ambiental producto de la minería, sumada a la falta de recursos para construir infraestructura escolar adecuada, ICAM enfrentaba una realidad preocupante: solo el 20% del estudiantado continuaba con su educación secundaria. Frente a esta situación, en 2006 la escuela decidió transformar ese desafío en una oportunidad, reconvirtiéndose en un laboratorio viviente que permitió a los estudiantes asumir un rol protagónico en su propio aprendizaje y generar un efecto multiplicador en la conciencia ambiental más allá del aula.

El laboratorio liderado por estudiantes aborda temas cruciales como el tratamiento de aguas residuales en la región, la conservación de fuentes hídricas y la protección de los ecosistemas que abastecen de agua potable a gran parte del país. También enfrentan el deterioro del aire y del suelo, y combaten la alta incidencia de cáncer de piel mediante proyectos de investigación aplicada sobre radiación solar, cuyos resultados ya están impactando a las comunidades cercanas e incluso a la formulación de políticas públicas.

Por su parte, la Institución Educativa José Asunción Silva, una institución de gestión estatal de educación inicial, primaria y secundaria en Medellín, fue seleccionada como finalista al World’s Best School Prize for Overcoming Adversity por haber implementado un modelo pedagógico que impulsa el desarrollo de habilidades para la vida, el liderazgo, la resolución de conflictos y el trabajo en equipo, formando estudiantes académicamente fuertes y emocionalmente resilientes.

En una comunidad con desafíos socioeconómicos profundos, donde muchos estudiantes provienen de hogares monoparentales o extendidos, la escuela identificó la necesidad urgente de repensar su modelo educativo para alinearlo con el contexto real de su alumnado.

La escuela adoptó un enfoque pedagógico basado en el desarrollo social y el aprendizaje por proyectos (ABP), que garantiza una educación inclusiva para todos, sin importar su origen. Bajo el liderazgo humano del cuerpo docente, se promueve la colaboración, el trabajo en equipo y el desarrollo socioemocional, sin descuidar el rigor académico. Uno de los pilares del modelo es el proyecto de vida, a través del cual los estudiantes construyen un camino personal con propósito y respeto por los demás, entendiendo que sus decisiones pueden abrir puertas hacia un futuro mejor.

MATEO CHACÓN ORDUZ | Subeditor Vida de Hoy - Educación