Lo último en moda es muy (muy) viejo
¿Qué ocurre cuando la moda vintage se populariza? Parece que la moda antigua se convierte en la próxima frontera. El diseñador Daniel Roseberry incorporó cintas que encontró en una tienda de antigüedades de París a la colección de alta costura primavera 2025 de Schiaparelli, mientras que para otoño 2025, Valentino y Simone Rocha hicieron alusión a décadas decadentes del pasado, concretamente a la época victoriana y el Renacimiento. Ahora, los coleccionistas de moda más fieles recorren los centros comerciales de antigüedades, y sus equivalentes digitales, en busca de joyas antiguas, e incluso ropa más antigua.
Cuando Anna Sui estaba soñando con su colección de otoño de 2025, la diseñadora y seria coleccionista de antigüedades se inspiró en las alocadas herederas Barbara Hutton, Doris Duke y Peggy Guggenheim y su afinidad por la joyería dramática. Piense en el famoso collar de jadeíta, rubí y diamantes de Cartier de Hutton, que se vendió por más de $27.4 millones en una subasta, o en los aretes de esmeraldas de Duke. "Terminaron gastando todo su dinero en hombres y joyas", dice Sui. Ella ha estado construyendo un archivo de moda digna de un museo durante décadas y a menudo va al mercado de Portobello Road en Londres para buscar anillos de serpiente victorianos o enormes collares de baquelita. Esta temporada, trabajó con la joyera Karen Erickson para crear broches de inspiración antigua y collares brillantes en versiones principalmente falsas de jade, coral y esmeraldas, que combinó con tartanes, tweeds, pantalones de montar, estampados de leopardo extravagantes y caftanes dramáticos inspirados en los años 30.
Walters en uno de sus conjuntos antiguos.
Los diseñadores no son los únicos que anhelan la naturaleza táctil y única de las declaraciones de estilo de más de 100 años de antigüedad. Tomemos como ejemplo a Cora Violet Walters, quien ha creado una base de seguidores en Instagram por su estética oscura y caprichosa que se inspira en el mundo antiguo. Creció comprando artículos de segunda mano con su abuela y abrió su propia casa de subastas con su esposo en 2016. ¿Su prenda básica de vestuario de antaño? Un par de aretes romanos de oro de 24 quilates de alrededor del año 200 d. C. "Combinan con prácticamente todo, desde una simple camiseta blanca y jeans hasta un vestido lencero de los años 30", dice. También usa regularmente corpiños antiguos, corsés de alrededor de 1890, un vestido de encaje eduardiano de 1910, un anillo de luto de 1887 y un par de aretes colgantes de oro ibérico de alrededor de 1730 con citrinos. Combina su ropa del viejo mundo con faldas contemporáneas y tacones Tabis de Maison Margiela o Simone Rocha Lucite. “Para mí, un zapato completa el look y lo hace parecer más contemporáneo sin parecer un disfraz”, afirma.
Chloë Felopulos haciendo una pose.
Para los millennials y la generación Z que aman lo vintage, buscar antigüedades es el nivel avanzado. La influencer y diseñadora María Bernad usa crochet y encaje de los siglos XIX y XX e incorpora tapices antiguos y otros textiles en su marca de artículos reciclados Les Fleurs Studio. Colecciona piezas góticas victorianas y las usa junto con sus corsés de Vivienne Westwood y sus santos griales de Jean Paul Gaultier de principios de la década de 2000. "Siempre digo que las piezas antiguas tienen historia, y lo primero es aprender la historia detrás de ellas: de qué año son, cómo se hicieron y el período o la conexión con el movimiento artístico en el momento en que se crearon", dice. Del mismo modo, la estilista afincada en Nueva York, Chloë Felopulos, mezcla piezas de finales del siglo XIX (una blusa victoriana, un guante de cota de malla o el bolso de cota de malla dorada de su bisabuela) con su minifalda con estampado de cebra de Dolce & Gabbana de principios de la década de 2000. “Si pudiera combinar cada conjunto con una reliquia familiar, sin duda lo haría”, dice. “Ya sea que esté de viaje de fin de semana, visitando a la familia o simplemente de paso para llegar a mi próximo destino, una de las primeras cosas que busco es 'Tiendas de antigüedades cerca de mí'”.
Una mirada desde Les Fleurs.
En un mundo cada vez más digital, hay algo increíblemente refrescante en usar moda que ha existido por más de 100 años. Imagina cuántas vidas ha tenido esa prenda. "Aprecio la moda histórica más allá de su valor estético; veo sus implicaciones culturales y psicológicas", dice Walters. "Impulsa una confrontación con la historia a la vez que subvierte las expectativas, algo que encuentro intelectual y emocionalmente estimulante". Y añade: "No solo colecciono moda histórica y vintage. Me gusta pensar que estoy creando una narrativa de poder, elegancia y rebeldía a través de mi ropa, lo opuesto a la moda convencional o rápida". Además, es casi seguro que serás el único en la sala con un anillo de 300 años o un chal de piano de 100 años.
Una versión de esta historia aparece en la edición de verano de 2025 de ELLE.
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