Más de 600 jóvenes de todo el mundo llevarán su voz a la COP30 con apoyo de una organización colombiana

Con la convicción de que la juventud no puede seguir siendo un actor simbólico en la lucha contra el cambio climático, más de 600 jóvenes de todo el mundo —de la mano de la organización Life of Pachamama— llevarán a la COP30, que se celebrará en noviembre en Belém, Brasil, una declaratoria para pedir “una participación justa de niñez, adolescencia y juventud en la gobernanza socio-ambiental”.

Juan David Amaya, director de Life Of Pachamama. Foto:Archivo particular
La iniciativa, gestada desde la COP16 de Cali y articulada con jóvenes de distintas regiones del mundo, busca recoger 50.000 firmas que respalden la declaratoria y presentarlas formalmente ante los delegados de los 197 países que integran la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y que participarán en la COP del Clima a final de este año.
“Esta declaratoria constituye una afirmación política y estratégica sobre el papel que la juventud del Sur Global debe asumir en la arquitectura de la gobernanza socioambiental global. No se trata de ser meramente simbólicos, sino de ejercer liderazgo con capacidad y legitimidad”, señaló Juan David Amaya, director ejecutivo de Life of Pachamama.
Desde encuentros virtuales hasta procesos de formación en liderazgo ambiental, los jóvenes han venido articulando propuestas concretas sobre cómo debería garantizarse su participación en la formulación de políticas climáticas. Entre las principales apuestas está el enfoque territorial —con fuerte énfasis en comunidades rurales, afro e indígenas—, la responsabilidad corporativa con auditorías climáticas juveniles y la protección de líderes ambientales jóvenes, muchas veces expuestos a contextos de violencia.

La COP30 se realizará este año en la Amazonia brasileña, afectada gravemente por la deforestación. Foto:AFP
“El Estado debe reconocer que los jóvenes no somos actores pasivos frente a la triple crisis planetaria —cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación—. Somos, además, de los más afectados por sus consecuencias”, afirmó María Angélica Barrera, subdirectora de la organización. La iniciativa también exige mecanismos de transparencia y acceso oportuno a la información ambiental, así como la creación de observatorios juveniles que vigilen el cumplimiento de compromisos en la transición ecológica.
El proceso que antecede a esta declaratoria ha incluido más de 30 espacios de formación y diálogo en los que los jóvenes han fortalecido no solo capacidades técnicas, sino también herramientas estratégicas para incidir con legitimidad en escenarios multilaterales. En palabras de sus promotores, este ejercicio ha sido “una escuela política intergeneracional”, en la que el diálogo intercultural ha jugado un papel clave para construir consensos desde las diferencias.
Aunque la declaratoria se presentará oficialmente en Belém, su contenido ya está disponible en línea y se encuentra en proceso de recolección de adhesiones. En paralelo, 10.671 jóvenes de distintas regiones del mundo se han inscrito para participar en la COP30 con voz propia y desde sus experiencias locales. “Esperamos tomar la palabra en los espacios oficiales de negociación, allí donde se deciden los compromisos climáticos que afectan nuestro presente y futuro”, indicaron desde el movimiento.
Además de la participación internacional, el colectivo busca que sus propuestas escalen a nivel nacional. Esto, pues consideran que las políticas climáticas deben construirse desde los territorios, reconociendo saberes ancestrales, prácticas comunitarias y las necesidades reales de quienes conviven diariamente con los efectos del cambio climático. “Los jóvenes estamos listos para liderar, pero necesitamos que se abran las puertas institucionales con voluntad política real”, enfatizó Barrera.
Periodista de Medioambiente y Salud
eltiempo