Diez años de "Laudato Si'": Los recursos inagotables de la encíclica del Papa Francisco

¿Por qué lo hicimos?
Han pasado diez años desde la grata sorpresa de Laudato si' , la encíclica del papa Francisco, que marcó un hito en la defensa de la "casa común". Esta década no ha sido de inmovilismo ecológico.
La conciencia sobre el daño que se está infligiendo a los seres vivos y las amenazas a los ecosistemas ha crecido significativamente en todo el mundo. Esto ha impulsado informes, cumbres, evaluaciones y compromisos, pero a cambio, la negación y la hostilidad hacia las transformaciones necesarias han crecido exponencialmente, generando conflictos cada vez más agudos. En esta situación nos encontramos en este décimo aniversario, aturdidos por el desmoronamiento de medidas que ya eran insuficientes, preocupados de que la creciente violencia mundial postergue los problemas ecológicos para más adelante, cuando ya sea demasiado tarde.
La voz del Papa Francisco se apagó el 21 de abril, pero sigue vibrando en estas páginas dirigidas explícitamente a "todas las personas de buena voluntad". Hoy, Laudato si' es a la vez un texto conocido y un texto que aún está por difundirse. Pero será en los próximos años cuando se defina su verdadera posteridad, su "recepción", como decimos en lenguaje teológico, que se medirá a largo plazo, considerando lo que habrá iniciado y reforzado como transformaciones positivas. Por lo tanto, es esencial dar a conocer este texto de nuevo. Y como tanto en lo ecológico como en lo espiritual nada se adquiere, quienes ya se han interesado por él se dejen conmover de nuevo por su vibrante desafío.
En este número, hemos optado por un nuevo comienzo, sin asumir ningún conocimiento previo del texto ni conocimientos teológicos particulares, pero sin privarnos de evaluar el camino recorrido en las iglesias cristianas gracias al impulso del papa Francisco. De esta manera, esperamos ofrecer una lectura para todos los públicos, en un gesto que busca unir a las personas, fieles a la invitación del papa Francisco, quien insistió: «Necesitamos una conversión que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos conciernen y nos afectan a todos».
La Croıx