Alcaraz-Sinner, una final que entra directamente en el top 5 de Grand Slams de la era Open

El lunes por la mañana, si tuviéramos que determinar las cinco mejores finales de Grand Slam de la era Open, sería así. En orden cronológico.
Dos iconos diametralmente opuestos en su juego y carácter, un tie-break interminable de 22 minutos durante el cual John McEnroe salvó cinco puntos de partido (y que casi por sí solo dio lugar a una película de Hollywood) antes de perder después de 3 horas y 53 minutos: las dos más grandes estrellas del tenis entregaron una obra maestra de un dramatismo inmenso.

Björn Borg y John McEnroe.
El símbolo del cambio de reinado entre dos oponentes que ya se habían convertido en grandes rivales en los últimos años, pero esta vez, al caer la noche, Rafael Nadal cambió de estatus al ganar en el territorio de Roger Federer tras un suntuoso choque de 4 horas y 48 minutos. Una nueva era del tenis comenzó en ese momento, con el español convirtiéndose en el número 1 del mundo pocas semanas después.
Rallies monumentales, carreras de locura, 5 horas y 53 minutos de esfuerzo que la convertirían en la final más larga de la historia, dejando a sus dos protagonistas exhaustos, incapaces de mantenerse en pie durante la ceremonia de entrega de trofeos, casi a las 2 de la madrugada en Melbourne. Brutal y épico.

Novak Djokovic y Rafael Nadal en 2012 en Melbourne. (P. Lahalle./ L'Équipe)
La final más larga de la historia de Wimbledon (4 horas y 57 minutos) también valió la pena, porque Federer, a pesar de estar en su último aliento, ofreció un partido de gran nivel, más de lo esperado, dejando atrás al insumergible Novak Djokovic. Falló dos puntos de partido consecutivos, con 8-7 en el último set, que terminó en el primer tie-break de la historia con 12-12.
Mientras que ambos, de 23 y 22 años, se han impuesto en la etapa posterior al Big 3, tras haber ganado los últimos cinco Majors entre ambos, Carlos Alcaraz y Jannik Sinner se encuentran enfrascados en la batalla más larga de la historia en la final de París (5 horas y 29 minutos). El italiano perdió tres puntos de partido seguidos en el cuarto set. Un nivel magnífico y un jugador en plena fusión.
L'Équipe