El crecimiento francés se vio debilitado por la guerra comercial estadounidense

El miércoles 11 de junio, el Banco de Francia redujo por segunda vez este año su previsión de crecimiento para Francia en 2025, al 0,6%, frente al 0,7% en marzo, debido al aumento de los derechos de aduana estadounidenses en un clima de gran incertidumbre.
Esta fuerte desaceleración se produciría tras un aumento del 1,1 % del producto interior bruto (PIB) en 2024. El gobierno, por su parte, prevé un crecimiento del 0,7 %. A continuación, se produciría una recuperación gradual, aunque menos marcada de lo previsto: el crecimiento alcanzaría el 1 % en 2026 (-0,2 puntos) y el 1,2 % en 2027 (-0,1 puntos).
"La economía francesa crece ahora (...) menos que [las de] nuestros vecinos europeos, incluso si escapa de la recesión", declaró el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, en el periódico Les Échos.
En conjunto, el aumento de los derechos de aduana (-0,1 puntos) y, sobre todo, la incertidumbre que genera para los consumidores y las empresas (-0,3 puntos) harían perder a la economía francesa 0,4 puntos de PIB durante el periodo 2025-2027.
«Esta imprevisibilidad agrava el desafío francés y europeo de un crecimiento lento, que se ha prolongado demasiado tiempo», enfatizó el gobernador. También afecta la estabilidad financiera.
Estados Unidos ha impuesto un recargo arancelario del 10% a la mayoría de los bienes exportados por la Unión Europea y un recargo del 25% al acero y los automóviles.
El Banco de Francia parte del supuesto central de que Washington no aumentará esos derechos aduaneros al final de un período de negociaciones de 90 días con Bruselas que termina el 9 de julio y en ausencia de represalias europeas.
En 2025, el crecimiento se sustentaría principalmente en la demanda interna, en particular la demanda pública, y en la evolución de los inventarios.
Por otro lado, el comercio exterior, que había sido su principal motor en 2024, se resentiría por los aranceles, las menores exportaciones fuera de la eurozona y un euro fuerte.
En 2026 y 2027, el consumo de los hogares se fortalecería gracias a las ganancias de poder adquisitivo, con los salarios aumentando más que los precios.
La inversión empresarial y de los hogares, especialmente en el sector inmobiliario, seguiría la misma tendencia tras una caída de las tasas.
Tras un 2,3% en 2024, el Banco de Francia prevé ahora una inflación del 1,0% en 2025 (-0,3 puntos), gracias a la caída de los precios de la energía, según el índice de precios al consumo armonizado (IPCA).
Luego aumentaría moderadamente al 1,4% en 2026 y al 1,8% en 2027.
La Croıx