Inflación: el INSEE confirma que los precios al consumidor aumentaron un 1% en un año

Los precios al consumidor en Francia aumentaron un 0,2 % intermensual y un 1,0 % interanual en julio, según confirmó el INSEE el jueves 14 de agosto con la publicación de los resultados finales. A lo largo del mes, el aumento se debió a un nuevo incremento en los precios de los servicios (+1,3 % tras el +0,6 % de junio), en particular en los precios de los servicios de transporte (+10,2 % tras el +3,7 %) y el alojamiento (+11,7 % tras el +8,4 %). Los precios de la energía volvieron a subir (+0,9 % tras el +0,6 %), en particular los de los productos petrolíferos (+1,5 % tras el +1,9 %).
Por otro lado, los precios de los bienes manufacturados cayeron (-2,4% tras un +0,1%) debido a las rebajas. Los precios de los alimentos se mantuvieron estables, al igual que los del tabaco. Los precios al consumidor desestacionalizados también aumentaron un 0,2% tras un +0,4% en junio.
En doce meses, explica el Instituto Nacional de Estadística, el aumento del 1% se debe a ligeras aceleraciones en los precios de los servicios (+2,5% tras +2,4%) y los alimentos (+1,6% tras +1,4%), compensadas por la caída más significativa en los de la energía (-7,2% tras -6,7%). Los precios de los bienes manufacturados están evolucionando como en junio (-0,2%). La inflación subyacente (excluyendo los precios más volátiles) ha subido, al 1,5% en un año tras el 1,2% en junio. El Índice de Precios al Consumo Armonizado (IPCA), que permite comparaciones entre países europeos, aumentó un 0,3% en un mes, tras el +0,4% en junio. En un año, aumentó un 0,9%, como en junio.
La buena noticia es que Francia resiste mejor la subida de precios que la media de la eurozona, donde la inflación se mantuvo estable en julio y se situó en el 2% interanual, según datos publicados a principios de agosto por la Oficina Europea de Estadística. Tras alcanzar niveles récord (10,6% en octubre de 2022) tras la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania, el ritmo de subida de los precios al consumo se ajusta a los objetivos del Banco Central Europeo. La preocupación se centra ahora en el débil crecimiento económico del bloque. Esto se agrava aún más con la entrada en vigor a principios de agosto de los aranceles aduaneros de Donald Trump, que están provocando escalofríos en los europeos.
Libération