Testimonios. Dorothée, Jean-Marie, Peggy... Cuando tu nombre se convierte en una carga

Tener el mismo nombre que una celebridad o un personaje de ficción puede parecer trivial, dado lo común que es. Pero para algunos, les causó daño en la infancia... y sigue haciéndolo hoy.
"Dado mi nombre, ¿de verdad necesito explicarlo?" El tono de Peggy muestra claramente la frecuencia e intensidad de las burlas que ha sufrido. La nativa de Dijon, que respondió a nuestra solicitud de testimonios, tuvo la desgracia de compartir su nombre con una de las marionetas icónicas de los Muppets. "Intenté explicarle que la marioneta se llamaba Piggy (Pig, de cerdo) y que Peggy era un diminutivo (o la traducción), pero todavía me atormenta", dice exasperada la cincuentona.
Y su caso no es para nada aislado. Muchas personas tienen un nombre parecido al de una personalidad popular o personaje de ficción. Y a menudo, de esto al acoso solo hay un pequeño paso.
Ser llamada Dorothée en los años 80"No era fácil todos los días", admite Dorothée, de 41 años. Nacida en los años 80, esta nativa de Isère creció durante la época dorada del programa Club Dorothée y su famosa presentadora. "Me pedían que cantara todo el repertorio de la artista como si fuera la rocola oficial de la clase, del campamento o de dondequiera que estuviera", dice la mujer de cuarenta años. "Adultos, niños, todos se divertían con mi nombre. A veces era inofensivo, pero otras veces era profundamente cruel. ¡Para una niña, eso puede ser duro!", recuerda.
Alyson también tiene malos recuerdos de sus primeros años escolares. A principios de los 90, un verdadero fenómeno musical dominó las listas de éxitos: Jordy y su famoso "¡Dur, dur d'être un bébé!". Y para gran consternación de la cantante de 37 años, el cantante de "bebé", hijo del productor Claude Lemoine, lanzó un segundo sencillo en 1993: Alison (She's My Girlfriend). "La canción me acompañó durante el jardín de infantes y la primaria, y me afectó mucho", dice hoy.
Hay algunos para quienes las burlas nunca han cesado. "Es el turno de mis compañeros de trabajo de tomar el relevo", dice Gwendoline, ya atormentada en la escuela. En aquel entonces, esta residente de Beaujolais, de 45 años, estaba siendo acosada por la serie de dibujos animados japonesa Gwendoline, emitida en Francia desde 1989.
"[…] Mis compañeros de clase siempre me recordaban la existencia de la telenovela, cantándome la canción principal", recuerda. Hoy, son otras referencias las que la atormentan, en particular "la famosa Gwendoline devorada por lobos" de la película Les Visiteurs (1993). " A menudo se refiere a una persona un poco estirada y altiva, lo cual no encaja en absoluto", añade. Para Natacha, de 22 años, el problema es que "mi nombre de pila se asocia mucho con trabajadoras sexuales; es algo que me han dicho desde pequeña", lamenta la alsaciana.
"Aprendí a amarlo"Finalmente, para otros, fueron directamente figuras públicas quienes les causaron daño. A Jean-Marie, obviamente, le causó algunos problemas estar "asociado con un famoso líder de un partido fascista". Pero, como él mismo admitió, el hombre de 62 años de Drôme no permitió que eso sucediera.
"Quería convertir esta debilidad en una fortaleza. Forjó mi carácter", presume. Peggy, mencionada antes, también admite que las bromas "contribuyeron a desarrollar en mí una segunda o incluso tercera clase, ¡y una respuesta ingeniosa!". Lo mismo ocurre con Dorothée, quien ahora se enorgullece de su nombre. "Aprendí a amarlo. Me define, y tener un nombre menos común que otros nos da un toque especial".
Le Progres