Elon Musk aprendió por las malas que los oligarcas no son todopoderosos.

Se creía dueño de Washington. Pero el jefe de Tesla y SpaceX abandonó la capital con una imagen empañada y amenazas de represalia por parte del presidente Trump, a quien atacó verbalmente. Elon Musk descubrió así que los ultrarricos siguen sujetos al poder político, como lo demuestran otros ejemplos, desde Rusia hasta México, según este columnista del Financial Times.
En una frase irónica, el periodista y ensayista estadounidense Tom Wolfe llamó una vez a los banqueros de Wall Street "dueños del universo". Sin embargo, Elon Musk lo tomó al pie de la letra. Literalmente, aspira a colonizar Marte.
Pero el multimillonario experimentó un regreso a la realidad bastante brutal. Tras su desencuentro con Donald Trump , el hombre más rico del mundo descubrió, para su sorpresa, que no era el amo de Washington... Y mucho menos el amo del universo.
La caída de Musk forma parte de un proceso global. Décadas de globalización han generado oligarcas inmensamente ricos en todo el planeta. Pero cuando el poder financiero y el político chocan, solo hay un resultado: la política siempre triunfa.
En países tan diversos como Rusia, China, Arabia Saudita –y ahora Estados Unidos–, los oligarcas con ambiciones políticas personales se han visto firmemente reprendidos por quienes están en el poder.
El triunfo de la política sobre el dinero podría sorprender tanto a los marxistas como a los arrogantes capitalistas, convencidos de que los políticos siempre serán
Courrier International