Líbano, ¿por fin un Estado-nación?

Con el debilitamiento de Hezbolá, ha surgido la esperanza de una “nueva era” política. Pero el proyecto es titánico. Se trata de la construcción de un Estado y del renacimiento de una sociedad cuyas fracturas aún están crudas. ¿Deberíamos inventar algo más? escribe el codirector de “L'Orient-Le Jour”. Este artículo es el tercer episodio de nuestra serie sobre el Líbano contada por este diario en francés.
[Este artículo está extraído del informe especial realizado con la redacción del diario libanés L’Orient-Le Jour y publicado en nuestro semanario de fecha 28 de mayo de 2025 (CI nº 1804).]
El oficial de seguridad me da una gran sonrisa mientras me entrega mi pasaporte. Casi se excede. Como si él y todos los funcionarios del Estado hubieran recibido instrucciones de encarnar la “nueva era”.
El aeropuerto de Beirut ha sido durante mucho tiempo una destilación de lo peor del Líbano: comunitarismo, incompetencia, favoritismo y control de Hezbolá. Era un espejo de un país enfermo que se negaba a buscar tratamiento. ¿Es diferente ahora? ¿La sonrisa del oficial habla de una nueva esperanza para la tierra del Cedro?
De todas formas, algo está ocurriendo desde principios de año. Tanto es así que un simple funcionario puede hoy autorizarse a registrar el equipaje de un miembro de la milicia chií, considerada durante mucho tiempo un Estado por encima de un no Estado, para asegurarse de que no lleva armas o un fajo de dólares, sin que ello le cueste el trabajo ni la vida. Todo un símbolo.
Este miércoles 7 de mayo, estoy invitado a almorzar en el Grand Serail [la residencia del jefe de gobierno en Beirut] con el Primer Ministro. Conozco a Nawaf Salam desde hace varios años. Es un hombre como el Líbano, por desgracia ya casi no tiene importancia. Una persona culta, abierta, generosa, apasionada, sensible y que destaca del resto de la clase política. No comparte ni su cinismo ni su populismo. Pero ¿cómo podrá lograr cambiar un país que ya no se parece a él?
Al final del almuerzo me pregunto: ¿cuánto tiempo podrá durar este interludio? ¿Cómo puede resistirse a la ocupación israelí y a los ataques que continúan a pesar del alto el fuego, a las provocaciones de Hezbolá, a los enfrentamientos intercomunitarios que sacuden a Siria o incluso a la increíble resistencia de la clase política tradicional? Los actores cambian pero las preguntas siguen siendo las mismas. ¿Es aún posible salvar el Líbano? Y sobre todo, ¿quiere finalmente el Líbano salvarse?
Todo pasó muy rápido La tan temida guerra total finalmente ha llegado. Se creía que destruiría el Líbano antes de destruir a Hezbolá. Esto no era del todo cierto. Aldeas enteras han sido borradas del mapa y muchos edificios han sido pulverizados, en el sur del país, en la Bekaa (al este) y en los suburbios de Beirut. Pero no todos los países vivieron la misma guerra. Una gran parte quedó prácticamente “salvada” por completo, mientras que la comunidad chií pagó un alto precio. ¿Cómo reconciliar los recuerdos después de esto?
Cómo hacerlo cuando una parte del país está aliviada
Courrier International