«Más barato que estar en el hospital»: ¿se inaugurará próximamente un campo de tiro en Marsella?

Para hacer frente a la presencia de personas que padecen adicción a las drogas, algunos habitantes del barrio de Belsunce en Marsella han solicitado una vez más la apertura de un Centro de Atención a las Adicciones .
La mayoría se topa con la presencia de estos adictos en la calle, quienes a veces se inyectan a plena luz del día. Encuentran jeringas o se cruzan con estos individuos en los vestíbulos de los edificios.
El fenómeno se ha disparado en este barrio, situado cerca de la estación de tren de Saint-Charles. El proyecto de abrir un salón de este tipo ya se había propuesto y se abandonó a principios de 2024. Ahora, las asociaciones quieren que se reanuden las conversaciones. Según Franceinfo , el fiscal de Marsella y el teniente de alcalde encargado de la salud pública apoyan directamente esta iniciativa.
La creación de un Centro de Atención a las Adicciones, también conocido como "sala de tiroteos", ya ha sido adoptada en París y Estrasburgo. Para algunos, como Lucie, una enfermera que sufrió de adicción, estas instalaciones son esenciales.
Unos quince años antes, queriendo salir de ahí, acudió a un CSAPA (Centro de Atención, Apoyo y Prevención en Adicciones) y fue seguida por un médico, un psicólogo y un trabajador social.
"No me abandonaron y gracias a ellos y a mi motivación, obtuve mi diploma de enfermera y llevo 10 años ejerciendo", cuenta en Les Grandes Gueules , convencida de que su paso por este centro "le salvó la vida".
Durante su adicción, Lucie nunca se inyectó a plena luz del día. Se lo prohibía. La enfermera cree que se necesita mucho trabajo con los educadores de calle para evitar que la gente se inyecte en espacios públicos.

Por su parte, Grégoire, educador, señala la persistencia de la adicción . «La gente sigue inyectándose incluso si se dejan de usar todos los productos inyectables. He seguido a personas que recibían terapia de sustitución de opioides (TSO). En lugar de tomarlos por vía oral, seguían triturándolos e inyectándolos», explica. Sin embargo, este hábito amenaza el capital venoso, a veces provocando amputaciones, añade el educador.
En cuanto a los costos, sigue defendiendo la creación de estas Salas de Tratamiento de Adicciones. "Estas personas serán tratadas con nuestros impuestos, así que el dinero que invertimos en una sala de consumo para que puedan inyectarse de forma segura siempre costará menos que si estuvieran hospitalizados durante años para recibir tratamiento por una amputación, sida o hepatitis", concluye.
RMC