Salud. Resistencia a los antibióticos: una nueva estrategia para desarmar las bacterias preservando la microbiota

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la resistencia a los antibióticos es responsable de casi 5 millones de muertes cada año.
Esta resistencia podría convertirse en la principal causa de muerte en 2050. La causa: el uso excesivo o inadecuado de antibióticos, que favorece la aparición de bacterias cada vez más resistentes.
Aunque los antibióticos han reducido significativamente las muertes por enfermedades infecciosas, su acción amplia y no específica tiene consecuencias nefastas: al destruir no sólo las bacterias patógenas sino también las de la microbiota, debilitan el equilibrio natural de nuestro organismo. Encontrar alternativas innovadoras parece ser, pues, una prioridad para la salud pública.
Mfd, una proteína importanteUn equipo de investigación coordinado por el Instituto Nacional de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de Francia (INRAE) ha identificado un objetivo clave para combatir las bacterias: la proteína Mfd. Este último, común a muchas bacterias, desempeña un papel crucial en dos niveles:
- permite que las bacterias resistan al sistema inmunológico del huésped;
- Promueve la aparición de mutaciones aleatorias, aumentando así su capacidad de desarrollar resistencia.
Bloqueando esta proteína sería posible desarmar las bacterias y reducir al mismo tiempo su potencial de mutación.
Para neutralizar la proteína Mfd, los investigadores probaron más de 5 millones de moléculas. Entre ellas, la molécula NM102 ha demostrado ser especialmente prometedora. Las pruebas, realizadas en laboratorio y en modelos animales (insectos y ratones), mostraron tres efectos principales:
- no mata directamente las bacterias, pero evita que produzcan compuestos tóxicos contra el sistema inmunológico;
- Reduce las bacterias patógenas en los órganos infectados, respetando al mismo tiempo la microbiota.
- Bloquea la función mutagénica de la proteína Mfd, limitando así la aparición de nuevas resistencias.
Un enfoque triple que desarma las bacterias en lugar de destruirlas. De esta forma se protegen las bacterias beneficiosas de la microbiota y se mantiene su eficacia contra las cepas resistentes a los antibióticos actuales.
El equipo continúa ahora su trabajo para optimizar NM102 y desarrollar fármacos capaces de combatir la resistencia a los antibióticos. Ya ha conseguido encapsular esta molécula en nanopartículas biodegradables para facilitar su administración.
Le Bien Public