¿Qué nos juzgan (y discriminan) nuestros colegas? La investigación revela nuestros prejuicios.

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¿Qué nos juzgan (y discriminan) nuestros colegas? La investigación revela nuestros prejuicios.

¿Qué nos juzgan (y discriminan) nuestros colegas? La investigación revela nuestros prejuicios.

¿Un alto directivo? Es el hombre caucásico de mediana edad. ¿El almacenista? El joven caucásico o incluso un extranjero. La joven está a cargo de la secretaría, mientras que la "señora de mayor rango" se encarga de la administración. Estas son las asociaciones recurrentes que surgieron de las pruebas proyectivas realizadas a 1500 trabajadores italianos en la encuesta "Más allá de la diversidad: percepciones, experiencias y necesidades" de Tack TMI Italia (Gi Group Holding). La investigación confirma que los estereotipos de edad, género y etnia siguen arraigados en los roles corporativos y que, en consecuencia, la discriminación está lejos de ser superada .

Nueve de cada diez trabajadores afirman ser testigos de discriminación en el lugar de trabajo ; más de uno de cada cuatro (28%) ha sido víctima de ella. Sin embargo, solo el 37% de las empresas proporciona herramientas para gestionar las tensiones relacionadas con la diversidad, mientras que el 64% de los empleados acusa a las empresas de hablar de programas de diversidad e inclusión, pero no hacer nada por ellos.

Trabaja como si no tuvieras hijos y cría a tus hijos como si no tuvieras trabajo. O renuncia.

La satisfacción laboral ya no se limita al salario, la conciliación de la vida laboral y personal y la trayectoria profesional : el 93 % de la muestra considera esencial sentirse reconocido y alineado con los valores de la empresa. A continuación, se presentan algunas cifras adicionales: para el 62 % de los entrevistados, la etnia es el principal factor de prejuicio, seguida de la orientación sexual (49 %) y la discapacidad (48 %). Tres de cada cuatro trabajadores nacidos en el extranjero declaran haber sufrido discriminación, con picos en el noreste y en el sector manufacturero, donde los extranjeros son percibidos como menos colaboradores.

Irenze Vecchio, directora ejecutiva de Tack TMI Italia
Irenze Vecchio, directora ejecutiva de Tack TMI Italia

Sin embargo, cuando se pregunta a las víctimas cuál fue el detonante, la clasificación cambia: destacan el género (14%), la edad (14%) y la apariencia física (10%) , con informes principalmente de mujeres y menores de 35 años. Las herramientas de gestión de la diversidad solo están presentes en el 30% de las empresas con menos de 50 empleados, el 41% de las medianas empresas y el 47% de las grandes empresas. Menos de uno de cada cinco trabajadores ha participado en iniciativas de sensibilización, mientras que el 29% señala la dinámica generacional como un factor crítico prioritario después de la brecha de género .

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Cuando los trabajadores consideran la integridad, la transparencia, la colaboración y el trabajo en equipo como valores fundamentales, la inclusión y la equidad dejan de ser un extra para convertirse en una necesidad real. Las empresas deben comprometerse seriamente con estos temas, tanto a nivel cultural como directivo —explica Irene Vecchione , CEO de Tack TMI Italia—. Desafortunadamente, la discriminación aún existe, tanto de forma obvia como encubierta. Factores como la apariencia física, el parecido con familiares o la proximidad cultural aún influyen en las relaciones laborales. Esto también se debe al «efecto halo» , un mecanismo mental que nos lleva a juzgar a una persona positiva o negativamente por todo, empezando por un solo rasgo (como su apariencia o su forma de hablar). Para cambiar realmente las cosas, es importante trabajar en estos automatismos y comprender cómo se pueden mejorar las políticas de Diversidad, Equidad e Inclusión. La formación y la participación son necesarias en todos los niveles de la empresa para construir una cultura más justa y motivadora, capaz de atraer y retener el talento.

Doctor Vecchione, ¿existe una conexión entre lo que piden los trabajadores y sus experiencias personales?

Sí. A menudo, las solicitudes de atención o cambio surgen porque las personas se sienten más afectadas por la discriminación que afecta su identidad o su historia personal. Pero no basta con simplemente concienciar: debemos transformar realmente la cultura de las organizaciones para crear entornos laborales más justos, donde las personas se sientan mejor y participen más. El reto es claro: la diversidad debe convertirse en una realidad concreta en el lugar de trabajo, reconociendo su valor humano y su potencial de crecimiento e innovación.

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El panorama de Tack TMI Italia es claro: la diversidad sigue siendo un problema pendiente, pero también representa una oportunidad de crecimiento e innovación que las empresas ya no pueden ignorar. El reto pasa por políticas concretas, formación generalizada y empatía, porque, como recuerda Vecchione, «la inclusión y la equidad ya no pueden verse como algo superfluo».