¿Cómo abandonar el estadio antes del final?


El gol de Francesco Acerbi contra el Barcelona en el partido de vuelta de la semifinal de la Champions League (foto LaPresse)
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Los partidos hay que vivirlos al máximo porque no son eventos para documentar en redes sociales.
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De vez en cuando, el doloroso problema de los aficionados que abandonan el estadio antes del final de los partidos vuelve a ser noticia. Esta vez es el turno de los aficionados del Inter , pero todos sabemos que se trata de un mal transversal que envenena especialmente a los aficionados de los llamados grandes equipos, donde un ridículo sentimiento de superioridad hace creer al aficionado que sabe más que la realidad que tiene delante de sus ojos: me voy, estos chicos nunca marcarán de todos modos .
Pero qué bonito es cuando la realidad les regala una buena inserción desde atrás, exactamente como la noche del martes en San Siro. Abandonar el estadio antes del final es como dejar una pinta medio llena en la barra del pub , como abandonar una discusión con tu novia renunciando a razonar sólo porque ella dice “es tu culpa”, como apagar la televisión después de una fumata blanca.
Peor que los vaticanistas que aseguraban que el Papa sería Tizio o Caio, los aficionados que se marchan antes de tiempo son culpables de hybris, y sobre todo no han entendido todavía lo que es el fútbol. Dirás que, sin embargo, nueve de cada diez veces las remontadas de último momento fracasan, y al menos los que salen primero no se encuentran con tráfico. Boca mía, no te calles: el partido hay que vivirlo al máximo aunque sea por ese pequeño rayo de esperanza, o para aplaudir de todos modos (o silbar) al final. Seamos claros, estos imbéciles siempre han estado ahí, pero su número ha aumentado en las últimas décadas en conjunción con la transformación del partido de fútbol en un evento, una experiencia, entretenimiento .
Los que van al estadio por los asientos que les calientan el culo, el buffet, la música durante el calentamiento, el selfie para tomarse y publicar o el reel para saturar los feeds de los demás , en resumen, por la atmósfera para vivir y documentar en las redes sociales y no para vivir el partido con amigos que los apoyan, no tienen ningún interés en quedarse hasta el pitido final. ¿Y si no pasa nada en los minutos finales? A quién le importa.
En San Siro “pasó de todo” , como dicen las páginas de Instagram que hablan de fútbol para crear engagement incluso cuando no pasa nada, en el Parque de los Príncipes en cambio poco o nada: los comeranas con la keffiyeh merecieron vencer al Arsenal de Arteta, que como es tradición al final de la temporada se quedó sin gasolina como una cerveza demasiado tiempo en la jarra.
Ningún equipo inglés estará en la final de Mónaco, pero sí dos en la Europa League (y seis clubes de la Premier League en la Champions League del año que viene) y uno en la Conferencia. Vamos a tener que ponerle buena cara a una mala situación, como aquel hincha americano de la Roma que fue elegido el jueves.
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