Encuentran las joyas perdidas de Sissi (pero le falta la corona).

Un misterio centenario por fin ha salido a la luz: las legendarias joyas de Sisi , la popular y querida emperatriz, han sido redescubiertas en Canadá tras más de cien años. Guardadas en una bóveda secreta, junto al famoso diamante amarillo Florentiner , habían estado desaparecidas desde 1921 y se temía que hubieran sido robadas.
El descubrimiento reaviva el encanto imperecedero de la princesa Isabel de Baviera, símbolo de gracia, encanto, libertad y melancolía romántica. Pero entre las joyas falta una pieza clave: la corona de diamantes de Sisi, la joya más emblemática de la emperatriz.
Descubrimiento del tesoro de los HabsburgoEl extraordinario descubrimiento fue revelado por Carlos de Habsburgo , nieto del último emperador de Austria, Carlos I. El tesoro , compuesto por joyas que pertenecieron a la familia Habsburgo y objetos personales de Sissi, fue encontrado en una caja fuerte en Canadá , donde había permanecido guardado durante más de un siglo.
Entre las piezas recuperadas, destaca el diamante amarillo Florentiner – también conocido como “El Florentino” – una gema que pesa más de 137 quilates, considerada una de las más bellas que jamás hayan llegado a Europa desde Asia.
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La historia de estas joyas es fascinante. En noviembre de 1918, cuando el emperador Carlos I comprendió que el Imperio austrohúngaro había llegado a su fin, ordenó el traslado del tesoro familiar desde el Palacio Hofburg de Viena a Suiza. Sin embargo, en 1921 se perdió todo rastro de ellas , cuando el soberano intentó, en vano, recuperar al menos el trono de Hungría.
Incluso se especuló con que había empeñado las joyas para financiar su empresa. En la década de 1930, la firme oposición de los Habsburgo al nazismo los obligó a exiliarse de nuevo : primero a Francia, luego a España y finalmente a Canadá, donde el tesoro encontró refugio.
Por orden de la emperatriz Zita de Borbón-Parma, esposa de Carlos y nacida en Italia, el secreto de las joyas debía permanecer estrictamente confidencial durante al menos cien años tras la muerte de su marido. Es decir, hasta 2022 , cuando Carlos de Habsburgo tuvo conocimiento de ellas.
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El descubrimiento vuelve a poner en el punto de mira a Sisi , la princesa rebelde que sigue inspirando a turistas y aficionados a la historia. Sus joyas perdidas encarnan el esplendor de la corte vienesa y el gusto refinado de una emperatriz que amaba la elegancia pero rechazaba las convenciones de su época.
La noticia ha reavivado el interés por la figura de Sissi y los lugares asociados a ella: Viena, con el espléndido Hofburg y el Palacio de Schönbrunn , se ha convertido una vez más en un destino de peregrinación romántica para todos aquellos que desean revivir el mito de la “princesa triste”.
Sin embargo, la corona de Sisi, la joya más preciada y misteriosa de la colección, está desaparecida . No obstante, el resto del tesoro, autenticado por Christoph Koechert , cuya familia trabajó como joyeros de la corte de los Habsburgo, y documentado —algunas fotos han aparecido en el New York Times— , podría exhibirse próximamente , inicialmente en Canadá —en agradecimiento al país—, antes de un posible regreso a Europa.
Un evento que no solo celebra un descubrimiento histórico, sino también la leyenda inmortal de Sissi, la emperatriz inconformista Isabel de Austria, la mujer cuya vida estuvo marcada por una profunda tristeza e inquietud.




