‘El Mayo’ radioactivo
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El ultimátum lanzado por El Mayo Zambada desde su centro de detención en el estado de Nueva York, a través del Consulado Mexicano en esa ciudad, puede ser un acto de bravuconería, o puede tratarse de una amenaza real que desestabilice las relaciones entre ambos países.
¿Tiene El Mayo la capacidad de provocar la anunciada, advertida crisis binacional?
Muchos piensan que sí. Y la causa es simple: sabe mucho, tiene mucha información porque ha ejercido la función de capo o subcapo del narcotráfico por décadas en el cártel más poderoso en México: el Cártel de Sinaloa.
El Mayo puede muy bien haber estado involucrado en las operaciones directivas del cártel desde hace 50 años, por lo menos.
Sabe a quién compraron, amenazaron, chantajearon, financiaron y también con quién negociaron y pactaron. El Mayo sabe a qué políticos tuvieron bajo su paga en la nómina confidencial del cártel.
Pero sobre todo, sabe a quiénes financiaron campañas político-electorales que —a más de uno— permitió llegar a puestos de elección popular. A nivel municipal —deben ser muchos—, a nivel estatal y, tal vez, hasta a nivel presidencial.
Estamos hablando de acusaciones muy serias —con señalamientos hipotéticos— acerca de los vínculos del gran narcotraficante colaborador y brazo derecho del célebre Chapo Guzmán.
¿Los cárteles mexicanos, en este caso el de Sinaloa, han tenido participación activa en la política mexicana? ¿Han financiado campañas, inhibido elecciones, secuestrado operadores electorales de uno o varios partidos para beneficiar a otro?
Si todo esto es cierto, El Mayo lo sabe, y habrá que demostrarlo. No bastarán con sus acusaciones o señalamientos. Tendrá que presentar evidencias; sería lo deseable.
Recordemos que en el aplaudido juicio contra Genaro García Luna —por Morena, AMLO y todos sus seguidores— fue condenado y sentenciado con los testimonios de una serie de presidiarios carentes por completo de autoridad moral. Pero así se dio el juicio y aquí el gobierno completo festejó.
Vamos a ver si El Mayo se atreve a hablar y señalar a algunos personajes de este sexenio o del anterior, como posibles responsables de vínculos con el narcotráfico.
Una situación de enorme riesgo político para el gobierno de Claudia Sheinbaum, porque después de vitorear el encarcelamiento de García Luna bajo ese método, sería incomprensible que lo rechazaran cuando acusen a otros personajes.
Es importante señalar qué anima al gobierno de Estados Unidos, al Departamento de Justicia y a la DEA a realizar estas detenciones y juicios sumarios.
No es la ética ni la elevada moral de luchar contra el crimen organizado ni el narcotráfico. Ni siquiera contra el fentanilo, que tan letal ha resultado en los últimos dos años, provocando más de 100 mil decesos por año en Estados Unidos.
Se trata de la información, del control y del poder. Si Washington tiene acceso a información privilegiada de los nexos del cártel y de su dirigente por muchos años —todos los que El Chapo ha estado en prisión— con políticos, gobiernos y funcionarios mexicanos, es oro molido para el Tesoro americano, para el Departamento de Justicia y, finalmente, para el Departamento de Estado y la Casa Blanca.
Esa información otorga un suprapoder para amenazar y controlar al gobierno mexicano en la exigencia de condiciones.
Hay dos expresidentes latinoamericanos detenidos en cárceles de Estados Unidos por vínculos con el narcotráfico. Uno de Honduras y otro de Guatemala.
Hay antecedentes de haber procedido en el pasado por estos delitos.
Así que de este lado de la frontera debe haber personas muy nerviosas por lo que El Mayo pueda revelar o comprobar.
La carta del pasado viernes en que amenaza con el “caos bilateral” en caso de no ser repatriado exhibe la punta del iceberg del caudal de información que El Mayo pueda poseer.
Y podríamos agregar también los nexos y conexiones que del otro lado de la frontera tienen los cárteles para distribuir droga por todo el territorio estadounidense, derramando miles de millones de dólares al sistema financiero americano e internacional.
Todo parece indicar que cuando presentaron sobre la mesa la opción de la pena de muerte, El Mayo envió la amenaza y la exigencia de ser repatriado.
El abogado afirmó incluso que los americanos “estaban cambiando los términos de la negociación”. Hoy se dice que estaría dispuesto a declararse culpable en vez de “cantar” y revelar todo lo que sabe. ¿A quién protege? ¿Qué mensaje le hicieron llegar en días recientes a través de su abogado?
Este puede ser un auténtico parteaguas en la relación México–Estados Unidos. La información que se devele en los siguientes días será fundamental para entender la forma en que cada gobierno abordará el tema, utilizará la información y negociará a partir de las declaraciones de El Mayo.
elfinanciero